DAMASCO, Siria (AFP-NA). Un coche bomba explotó matando ayer a más de treinta personas en un barrio de la periferia de Damasco, el mismo día en que Rusia, país aliado del presidente Bashar Al Asad, reconoció que el régimen sirio puede ser derrotado por los rebeldes.Las víctimas mortales, “en su mayoría mujeres y niños”, murieron por la explosión del coche bomba en Qataba, en la periferia sudoeste de la capital. Otras 23 personas resultaron heridas, varias de ellas de gravedad, añadió la agencia. Sana reportó que “terroristas hicieron estallar un automóvil repleto con una importante cantidad de explosivos”.De acuerdo con el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), el ataque fue realizado en una región donde viven militares y sus familias.El miércoles, una ola de atentados ya sacudió la periferia de Damasco dejando un saldo de trece personas muertas. En uno de esos atentados, realizado contra el ministerio del Interior, el ministro Mohamed Ibrahim Al Shaar resultó herido en un hombro con la caída de trozos de mampostería.Esta creciente ofensiva contra objetivos gubernamentales se produce después de que varios gobiernos árabes y occidentales reconocieran a la oposición armada como único representante legítimo del pueblo sirio.Además, Estados Unidos acusó al régimen de Asad de haber lanzado misiles Scud y Human Rights Watch denunció la utilización de bombas incendiarias que causaron graves quemaduras a civiles.Las fuerzas gubernamentales parecen haber pasado a una nueva etapa al utilizar los Scud, que “no tienen ninguna justificación militar, son pesados, caros e imprecisos”, según Karim Bitar, director de investigación en el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris).Según Bitar, “la gran batalla de Damasco, que puede cambiar la situación, está a punto de comenzar”, y la utilización de misiles “forma parte de la guerra psicológica que libra el régimen contra los rebeldes y los países que los apoyan”.Sin embargo, el régimen sirio pierde “cada vez más” el control del país, afirmó el jueves un viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Mijail Bogdanov, quien estimó que ya no se puede excluir una victoria de la oposición en el conflicto.“Es necesario mirar las cosas de frente. El régimen y el Gobierno sirio pierden cada vez más el control del país”, dijo Bogdanov, en declaraciones que reprodujo la agencia Itar-Tass. En consecuencia “una victoria de la oposición no debe evidentemente excluirse”, agregó.“No obstante, Moscú va a insistir para que se aplique el comunicado de Ginebra y se halle una solución pacífica al conflicto”, subrayó Bogdanov. El viceministro hizo referencia al acuerdo sobre los principios de una transición política en Siria adoptados el 30 de junio en Ginebra por el grupo de acción sobre Siria. Rusia es uno de los últimos respaldos del régimen sirio.Moscú bloqueó hasta ahora todos los proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de condena al régimen del presidente Bashar al Asad.
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