Autora – Compiladora: Gertrudis Renate Waidelich.
Licenciada en Historia con Orientación en Ciencias Sociales.
Miembro de la Agrupación Fundadores de Montecarlo.
Esta historia sucedió en una tribu de indígenas.
Los varones sembraban la tierra. Las mujeres hilaban y hacían telas para sus vestidos. Los niños jugaban al sol haciendo muñecos de barro, mientras los perros andaban de acá para allá. Pero un día llegó la sequía. Pasaron semanas sin llover y la tierra empezó a resecarse. Todos los árboles se secaron y ya no había dónde estar cuando el sol quemaba a la hora del mediodía.
Pensando tristemente en estas cosas, una indígena se puso a mirar el atardecer y empezó a sentir mucha pena. Tan triste se puso que empezó a llorar y llorar. Lloró tanto que sus lágrimas regaron el suelo reseco. Pasó el tiempo y se quedó dormida.
Cuenta la leyenda que al día siguiente la indiecita despertó y al abrir los ojos se encontró con un gigantesco árbol que la cubría con su sombra. Justamente ahí donde había regado el suelo con sus lágrimas, había crecido el ombú. Grande como una montaña, verde oscuro, con su copa inmensa para dar sombra y fresco.
“Tradición oral en comunidades originarias: aporte a la conservación de la memoria colectiva”
La tradición oral, en distintas comunidades, desempeña un papel relevante en la conservación y transmisión -a través de las sucesivas generaciones-, de valores, costumbres y creencias.
Ocupa un lugar importante en la historia de las sociedades humanas, para su memoria colectiva. Sin lugar a dudas, resulta interesante conocer sobre ellas para comprender determinados aspectos o dinámicas sociales-comunitarias, por lo que, valorar y respetar las tradiciones orales de los ancestros, representa un compromiso ético de las personas, y esto se aplica no solo a comunidades de inmigrantes, sino también a las comunidades originarias.
Misiones es una provincia que alberga una diversidad de comunidades distintas, conformadas a partir de oleadas de inmigrantes europeos y asiáticos como de pueblos originarios. Sus costumbres fueron conservándose y trasmitiéndose en la medida de las posibilidades, o ajustándose a contextos específicos.
A continuación, el texto centra su atención en la importancia que posee la tradición oral para las comunidades originarias, más allá del legado cultural de sus ancestros.
La importancia de la tradición oral en pueblos originarios:
Las narrativas orales de los pueblos originarios que habitan el continente americano han sido un elemento importante para la preservación de la memoria histórica, los saberes colectivos –culturales y lingüísticos-, además del fortalecimiento de las identidades de estos pueblos. (CICCONE, 2016: 138). En este sentido:
“…La memoria colectiva utiliza la palabra para registrar y salvaguardar su historia (…) Esa transmisión de conocimientos y tradiciones se lleva a cabo de individuo a individuo en un contexto social y un entorno geográfico que determina de alguna manera, la puesta en escena de estas narraciones (…)”. (GONZÁLEX MUNÓZ).
Las tradiciones orales revisten de una importancia significativa para las comunidades originarias, prácticamente en su totalidad, puesto que la tradición escrita es una práctica aún no habitual e incorporada en la cotidianeidad de las mismas.
Para las comunidades guaraníes, la palabra posee una relevancia superior a la tradición escrita, ya que es considerada por sus miembros como sagrada (RODAS, 2011: 11) En ese sentido, las leyendas son parte de la cultura, se mantienen en la tradición oral, al igual que la transmisión de valores, costumbres y creencias.
Las leyendas y su aporte a la tradición oral
“Las personas que crean, recrean y transmiten oralmente las leyendas aceptan la veracidad de esas explicaciones y las cuentan a otros de su comunidad para que no se olviden, y así poder preservar las tradiciones culturales”. (VASALLO; SEOANE; OTAÑI; 2010: 24).
Las leyendas son narraciones que se transmiten oralmente de generación en generación, y que se relacionan con la identidad de los pueblos que las crean. Al igual que los mitos, explican el nacimiento de alguna ciudad o de una costumbre popular, el origen de los elementos naturales, las causas de los fenómenos climáticos. Generalmente, esa explicación se basa en sucesos mágicos o sobrenaturales. Sin embargo, se diferencian de los mitos en que los hechos que cuentan las leyendas pueden ubicarse en un lugar y tiempo determinados, porque se inspiran en personajes y hechos históricos.
Las personas que crean, recrean y transmiten oralmente las leyendas aceptan la veracidad de esas explicaciones y las cuentan a otros de su comunidad para que no se olviden, y así poder preservar las tradiciones culturales. Pero algo diferente sucede cuando las versiones de las leyendas se fijan por escrito. Al escribirlas, el autor elige cómo contar la historia, qué características asignar a los personajes, qué elementos destacar u cuáles desechar.
Su intención es, ante todo, lograr un relato interesante que transmita al lector ideas y emociones del mismo modo como lo hacen otras manifestaciones artísticas. (VASALLO; SEOANE; OTAÑI; 2010: 24).
Bibliografía consultada: Delgado, María Angélica; Motta, Sandra L.; Pérez, Silvia A. y otros: “Lengua I. Prácticas del lenguaje”. Buenos Aires, Argentina. Santillana. 2010. Ciccone, Florencia: “Narrativa oral y arte verbal de los pueblos originarios: cruces y convergencias disciplinares”. Universidad Nacional de Buenos Aires, Argentina. 2016. González Muñoz, Jenny: “La oralidad: tradición ancestral para preservación de la memoria colectiva”. Venezuela. Rodas, José Javier: “Los Derechos de los Pueblos Originarios. Posadas, Misiones. Argentina. Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones –UNaM-. 2011. Vassallo, Isabel; Seoane, Silvia; Otañi, Laiza; y otros: “Lengua y Literatura 8”. Buenos Aires, Argentina. Estrada. 2010.