Llamado por los polacos como “El Pacificador”, fue el tercero de los trece hijos de Casimiro IV, rey de Polonia y de Isabel de Austria. Muy devoto desde la infancia, Casimiro se consagró a la oración y penitencia, rechazando toda blandura consigo mismo.
Era tranquilo, alegre y simpático a todos, pero especialmente enfocaba su amor a los pobres.
Por obediencia a su padre, Casimiro tuvo que partir a la frontera con Hungría, como cabeza de ejército para defender a los nobles de ese país de su antiguo y tirano rey, sin embargo no tuvo mucho éxito y ante el temor de iniciar una nueva e injusta guerra, el Santo prefirió entregarse nuevamente al estudio y la oración y renegar de tomar las armas, pese a los ruegos de su padre y de los nobles.
No en vano, su nombre significa “Aquel que invoca, enseña y promueve la paz”.
Asimismo, en la Corte se habló de casarlo con la hija del emperador Federico III, pero Casimiro no quiso ni pensar en renunciar al celibato que se había impuesto.
Las austeridades que practicaba agravaron la enfermedad de los pulmones que padecía (tuberculosis) y murió en 1484, cuando apenas tenía 23 años.
En 1521, el papa León X declaró a Casimiro patrón de Polonia y Lituania, pero fue oficialmente beatificado en 1602 por Clemente VIII y por fin en 1621 se convirtió en Santo y su fiesta fue extendida a la Iglesia Universal.
En Misiones, la localidad de Gobernador Roca también lo honra como su Santo Patrono.