A pesar del avance generacional hay una cosa que no parece cambiar y esta es la situación de los “ni-ni”, chicos de entre 15 y 24 años que abandonaron la escuela, algo agraviado drásticamente por el coronavirus, según lo que describió Ana Miranda, investigadora el CONICET.
“Los ´ni-ni´, una franja que va desde los 15 hasta los 24 años, son aproximadamente entre 800 mil a un millón en los centros urbanos. Es un volumen poblacional bastante alto y diverso que está consolidado hace varios años y representa, según el momento, entre el 20 y 25% de este grupo poblacional en general”, estimó Miranda.
El término “puede englobar a una persona joven de clase media que está en un ‘año sabático’ hasta una mujer que es de familia cuidando a sus hermanos, reconocido como trabajo no remunerado”, aclaró la autora de la etapa final del Proyecto Colectiva Joven, destinado para apoyar proyectos productivos comunitarios y a la generación de ingresos en barrios de la periferia dentro del contexto de los Hogares de Cristo, fundado en 2008 por el padre Pepe Di Paola, que ganó el Premio Konex 2018 por convertirse en una institución que sirve a la juventud argentina.
La investigadora también aclaró que, aunque “el momento de abandonar las aulas sea diferente y las situaciones sean distintas no significa que no sea grave para esas mismas”, para luego añadir que “muchas veces por la trayectoria de vida, el momento del abandono expresa marcas en su subjetividad que le impide enganchar una trayectoria de estabilización a futuro”.
A pesar de sus declaraciones no dio una cifra exacta de alumnos que abandonaron la escuela en 2020 y 2021 por el coronavirus, ya que los encuestadores no podían movilizarse mucho ni entrar en las casas.
“Las cifras son difíciles en esta época; las medidas de aislamiento implicaron muchas dificultades para obtener datos adecuados”
Por lo tanto, no confirmó la evaluación de continuidad pedagógica que hizo el Ministerio de Educación de la Nación, en el que se detectaron 1.100.000 chicos que se desvincularon de las instituciones educativas en los dos últimos años.
Por su parte las estadísticas coincidieron con lo difundido por organismos internacionales especializados como la UNESCO, la Organización Iberoamericana para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y UNICEF.
Miranda expresó que “ahora estamos en un proyecto de investigación de jóvenes madres, que están dentro de la estadística ´ni-ni´, pero están cuidando a sus hijos”, sostuvo que “a partir de la obligatoriedad del ciclo medio en 2006 estamos observando una mayor participación de las personas jóvenes en la educación secundaria, precisamente por esa medida que, de todos modos, aún falta tiempo para que se consolide la tendencia”.
Los ni-ni desde principios de siglo forman parte de un sector bastante peculiar “que ha sufrido muchas vulnerabilidades y en donde la acción solamente escolar tiene muchos límites, muchas veces escuchamos que son personas que han tenido lazos familiares débiles; por eso, las organizaciones generan nuevos grupos familiares, de acompañamiento”.
Por último, aclaró que “no es lo mismo haber dejado la educación a los 15 años que a los 22” y aunque los sociólogos lo consideran peyorativo, ´ni-ni´ se emplea para referirse a jóvenes que ni estudian ni trabajan. El término en inglés “NEET” (“not in education, employment or training” o “ni educándose, ni trabajando, ni en formación”) se utilizó por primera vez en el Reino Unido en 1999, con la publicación del Informe “Cerrando la brecha: Nuevas oportunidades para jóvenes entre 16 y 18 años que no estudian ni trabajan ni reciben formación”.
Fuente: Noticias Argentinas