Acondicionados con prolijidad y en un punto de difícil acceso dentro de la carrocería de una suntuosa camioneta importada, veinte kilogramos de pasta base de cocaína fueron descubiertos y secuestrados durante la madrugada de este martes por los agentes de Aduana en la cabecera argentina del puente San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas con Encarnación, Paraguay.
El procedimiento se inició a las 2 cuando arribó una Grand Cherokee, uno de los vehículos doble tracción más caros de la marca Jeep, al mando de un bonaerense de 46 años con domicilio en Quilmes, quien llevaba pocos días de haber recuperado la libertad por una condena de cinco años por violar la ley 23.737 o “ley de drogas”.
Las sospechas de los efectivos de AFIP-Aduana aumentaron por el horario y los supuestos motivos del viaje que pretendía realizar proveniente del departamento paraguayo de Itapúa y con rumbo al conurbano de Buenos Aires.
Poco equipaje y la confirmación que se trataba de “un conocido” en estas actividades delictivas aceleró la requisa y se necesitaron dos horas de análisis con el escáner fijo hasta detectar el sitio donde se observaron elementos extraños debajo del piso y entre el asiento trasero y el tanque de combustible.
Debajo de las alfombras aislantes y prolijamente soldada y atornillada fue hallada la boca o tapa para llegar a los veinte panes o ladrillos de cocaína.
A las 4 se confirmó el hallazgo y tras la comunicación al Juzgado Federal de Posadas, se ordenó el corte y apertura del tramo de la carrocería que ocultaba el estupefaciente.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el valor de la carga supera los 22 millones de pesos, sin estimar el corte o estiramiento de la pasta base para fraccionar la cocaína en dosis, lo que duplicaría el monto y aún mucho más si el destino final de la droga es internacional.
El conductor de la camioneta quedó incomunicado y bajo custodia del Escuadrón 50 de Gendarmería a la espera del llamado a indagatoria.
Las mismas voces en contacto con este Diario resaltaron que el trabajo realizado en la camioneta de fabricación estadounidense fue “muy cuidado y artesanal” porque necesitaron de dos observaciones con los equipos de rayos de Aduana en el puente. “El lugar elegido y la precisión para ocultar los ladrillos, soldar, lijar, pintar y pegar las cubiertas luego no se logra en pocos días”, resumieron.
También destacaron que una vez confirmada la identidad y antecedentes del conductor, la labor previa de los investigadores fue determinante para que los sabuesos aduaneros insistieran en la búsqueda milimétrica hasta desentramar el delito.