Dos equipos argentinos de investigación en universidades públicas se aprestan a producir animales genéticamente modificados para que sus órganos sean aptos para trasplantes a humanos y los primeros porcinos de este tipo se obtendrían a finales de este año o en el trascurso del 2023.
Desde hace dos años funciona una mesa de trabajo sobre xenotrasplantes coordinada por funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que integran representantes de otros organismos, universidades y asociaciones científicas, y que está abocada, entre otras cosas, a la elaboración de un marco regulatorio para esta práctica innovadora con delicados ribetes bioéticos y de bioseguridad.
El 7 de enero un estadounidense de 57 años se convirtió en la primera persona en ser trasplantado con un órgano animal: su corazón se reemplazó por el de un cerdo humanizado por 10 mutaciones genéticas para que no genere rechazo ni siga creciendo en el receptor.
El merito se lo llevó un equipo de la Universidad de Maryland, liderado por el investigador Muhammad Mohiuddin quien realizó la intervención de emergencia como “tratamiento compasivo” para un paciente desahuciado.
“Esto realmente abre la puerta que todos estamos esperando hace más de 25 años, es el puntapié inicial a una nueva era” expresó a Télam Adrián Mutto, director del laboratorio de Biotecnología de la Reproducción del Instituto de Investigaciones de Biotecnología de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) e investigador del Conicet.
Esto se trata de un “hito” que se compara al de 1967 cuando se logró el primer trasplante de corazón de humano a humano, según Adrián Abalovich, director del área de xenotrasplantes de la Sociedad Argentina de Trasplantes (SAT) e investigador y médico cirujano,
“Es un gran avance que puede revolucionar el mundo de los trasplantes porque se estima que el 85% de las personas en lista de espera no recibe el órgano que necesita”, dijo la biotecnóloga e investigadora del Conicet Laura Ratner.
La mayor dificultad es la poca probabilidad de adquirir órganos viables de donantes cadavéricos. “Ya se empieza a ver como posible que el día de mañana no haya más pacientes en lista de espera y que cada quien pueda tener el órgano que necesita, proveniente de un animal genéticamente modificado”, agregó Abalovich.
Un xenotrasplante se trata del implante de células, tejidos u órganos provenientes de un ser vivo de una especia en el organismo de un individuo de otra diferente.
“Uno podría pensar que el mono es más cercano al humano, pero con los años se determinó que el modelo más óptimo es el cerdo porque es más fácil de criar, tiene camadas más grandes y sus órganos son fisiológicamente similares“, dijo Ratner.
La ventaja de este procedimiento es que los animales pueden ser una fuente permanente de órganos, pero el obstáculo mas grande es el rechazo del sistema inmune, la posibilidad de que el cerdo transmita algún virus al receptor y los dilemas éticos implicados en la muerte animal como en la introducción de alteraciones genéticas permanentes.
Algo de historia
En medicina la experimentación con xenotrasplantes inicio en paralelo con los alotrasplantes (humano a humano) pero después de la muerte de una beba de 21 días, tras haberle trasplantado el corazón de un mandril como consecuencia del rechazo inmunitario, en 1984 los estudios clínicos se detuvieron.
Los ensayos continuaron realizándose en monos hasta octubre del año pasado que se anuncio que un cirujano de Estados Unidos logró conectar exitosamente el riñón de un cerdo a la circulación sanguínea de una mujer con muerte cerebral, que estuvo 54 horas unida al órgano sin sufrir rechazo y produciendo orina con normalidad.
Tres meses después se produjo el primer trasplante exitoso en una persona viva y todo parece acelerarse para este tipo de procedimiento.
“Lo que explica este enorme salto es la aparición de la herramienta molecular de edición génica CRISPR-Cas, porque se habían hecho intentos previos con herramientas más antiguas, pero con ellas resultaba muy difícil o imposible realizar muchas modificaciones genéticas al mismo tiempo como se requiere en xenotrasplante“, detalló Ratner.
CRISPR-Cas o “Repeticiones Palendrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas” es una evolucionada herramienta utilizada para alterar una secuencia de ADN eliminando, insertando o reemplazando genes de interés con diferentes objetivos.
En los animales modificados genéticamente las “tijeras moleculares” intervienen modificando el genoma del cigoto generado in vitro o el genoma de una celula somatica cuyo núcleo luego es trasferido a un ovulo para crear un embrión viable por clonación.
“Así como el descubrimiento de un inmunosupresor, la ciclosporina, marcó un antes y un después para los alotrasplantes porque hizo viable el trasplante humano-humano, el CRISPR-Cas es un parteaguas para el xenotrasplante porque sin las modificaciones genéticas el ser humano que recibe un órgano de cerdo lo rechaza a los cinco minutos”, explicó Abalovich.
En la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA dentro del laboratorio de biotecnología se encuentra el subgrupo de investigación dedicado al xenotrasplante, en él Ratner propone lograr un cerdo genéticamente alterado que “pueda ser apto para donar cualquier tipo de órgano o tejido porque todo el cuerpo estará modificado” al aplicarse CRISPR apenas se unen óvulo y espermatozoide.
“Ya obtuvimos embriones de cerdo con cinco modificaciones genéticas de tipo ‘knock out’ (eliminación de genes porcinos), al mismo tiempo que están enfocadas en evitar el rechazo inmunológico hiperagudo que generan cuando se trasplantan”, expusola investigadora que es una de las fundadoras de la start up “New Organs Biotech”.
Mientras tanto el equipo del laboratorio de biotecnología de la reproducción del Instituto de Investigaciones de la Unsam trabaja para obtener un cerdo con con “siete mutaciones distintas”, de tipo ‘knock out’ pero también ‘knock in’ (agregado de genes humanos) con riñones y corazón aptos para ser trasplantados a humanos.
“Hemos testeado muchos animales del mayor productor de cerdos del país para encontrar los que están libres de un retrovirus endógeno, que es el PERV C, y ya obtuvimos líneas de cerdos libres de este virus, y con grupo y factor (sanguíneo) cero negativos”, dijo Mutto.
Solo falta la edición génica, que en este caso se hará “sobre líneas celulares” somáticas a partir de las cuales luego se generaran embriones de cerdo por clonación. “Cómo máximo, siendo pesimista, en dos años vamos a tener los primeros cerditos editados genéticamente con 7 mutaciones y aptos para trasplante de riñón y corazón”, agregó Mutto.
Otra alternativa a los órganos de animales genéticamente modificados para subsanar el déficit de órganos para trasplante a humanos es la biogeneración de órganos por impresión celular 3D, pero aún se encuentra en un desarrollo incipiente.
Fuente: Agencia Télam