Mientras seguían detenidos dos hermanos, entre los que se encuentra el principal sospechoso, y demorado un hombre en averiguación del hecho, continuaba ayer la búsqueda del elemento o arma que fue utilizada para matar al sereno José Carlos Amado (60), cuyo cadáver fue hallado el pasado sábado poco después del mediodía en Itaembé Miní.
La víctima presentaba múltiples golpes en la cabeza, por lo que no se descarta que fue atacado con un elemento contundente, como ser una pata de cabra, una barra de hierro o similar, indicó la policía.
El cuerpo de Amado fue descubierto a las 13 del sábado por su patrón, en un trillo del predio de olería y criadero de animales, ubicado sobre calle 206 a pocos metros de la avenida 147. Por la data de muerte se cree que el hombre fue ultimado durante la madrugada de ese mismo día. Lo hallaron a unos 100 metros de donde funciona el criadero, oculto entre malezas.
Una de las hipótesis es que el sereno persiguió y reconoció a los ladrones que se llevaron una chancha y una batería de camión del predio ubicado a metros del Club Camioneros. Efectivos de la Dirección Homicidios y de la Unidad Regional X, tras una rápida investigación, detuvieron a dos hermanos de 23 y 24 años, domiciliados en San Isidro, como sospechosos.
El menor de los hermanos, conocido por la policía con el alias de “Huesito” o “Sonrisa”, hasta hace una semana fue trabajador en la olería (fue reemplazado por la víctima) y aparece como el más complicado por indicios y al parecer por testimonios que aún deben judicializarse. Además le secuestraron unas prendas de vestir que presentaban manchas de color escarlata similares a sangre.
El hombre de 51 años en tanto, fue demorado debido a que, entre los elementos secuestrados en el relevamiento policial, hallaron su DNI en la zona donde ocurrió el crimen. También se supo que reside en la misma zona que la víctima. La policía continuará hoy con los rastrillajes en zona de malezas donde fue hallado el cuerpo, lugar donde habitaba la víctima y zonas trilladas que conducen a la salida de la olería en busca del objeto que fue utilizado para golpearlo.
También siguen la pista en las inmediaciones, como ser en los barrios Belén y Esperanza, con el fin de obtener información sobre la posible venta de los elementos sustraídos (el chancho y la batería), y posibles testigos que puedan aportar al esclarecimiento del hecho.