BRUSELAS, Bélgica (El Mundo). Ha sido necesario improvisar una última reunión del año y agotar más de catorce horas de negociación, pero los ministros de Finanzas de la Unión Europea han logrado por fin cumplir con el mandato que les dieron los líderes europeos en la última cumbre y dejar cerrado el marco legislativo sobre el que se construirá el supervisor bancario único.La reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebra en Bruselas podrá presumir de haber logrado el primero de los objetivos impuestos para avanzar hacia una verdadera integración europea. El acuerdo sobre el nuevo Supervisor Bancario Europeo alcanzado en la madrugada del jueves sienta las bases legales para poner en marcha esta nueva institución, cuyas tareas de control bancario recaerán sobre el Banco Central Europeo (BCE), y que supone el primer pilar de la Unión Bancaria. Los líderes europeos ratificaron en la jornada de ayer el compromiso alcanzado, que prevé que este nuevo organismo esté plenamente operativo en marzo de 2014.El acuerdo supone una clara victoria de Alemania frente a las tesis defendidas por otros países de la Eurozona -España y Francia, por ejemplo- desde que se iniciaron las discusiones. Finalmente el BCE sólo tendrá capacidad de actuación directa sobre los bancos cuyo tamaño sea superior a los 30.000 millones de euros en activos. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, había impuesto esta condición para dar su visto bueno definitivo a los documentos legislativos que regulan este nuevo organismo.En la práctica el Eurobanco tendrá competencia de supervisión directa sobre alrededor de 200 de los 6.000 bancos que hay en la Eurozona. Eso sí, el acuerdo especifica que podrá intervenir directamente cualquier entidad en caso de que se detecten problemas en su funcionamiento y suponga una amenaza para el sistema financiero europeo. El ámbito de actuación del supervisor europeo será todos los países que componen la Eurozona más el resto de estados de la UE que libremente quieran adherirse a la Unión Bancaria. El Ejecutivo comunitario espera que todos los países de fuera del euro se sumen al mecanismo de supervisión única, excepto Reino Unido, Suecia y República Checa. Otro de los puntos conflictivos de las negociaciones era cómo garantizar que los países que no forman parte del euro tenían una representación equitativa en el órgano de dirección, ya que los tratados europeos estipulan que en última instancia sólo pueden tomar decisiones los órganos ejecutivos ya establecidos y en los que sólo participan los países de la Eurozona. Recupero de confianzaEste acuerdo supone una de las mayores transferencias de competencias nacionales al nivel comunitario de los últimos años y sienta las bases para que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate europeo, pueda recapitalizar directamente a las entidades financieras sin necesidad de que el dinero pase primero por el Estado miembro, como ha sido el caso de España. “El objetivo principal es restaurar la confianza en el sistema financiero europeo”, dijo de madrugada el ministro de Finanzas chipriota y encargado de dirigir las reuniones, Vassos Shiarly. “Es como un regalo de Navidad para toda Europa”, añadió.Pese a este histórico logro, el proceso legislativo para aprobar el marco regulatorio de esta nueva institución no está concluido, ya que es necesario obtener un acuerdo con el Parlamento Europeo, que tiene capacidad de codecisión en todos los cambios normativos que afectan al funcionamiento del BCE. Las discusiones entre el Consejo y la Eurocámara tendrán lugar, previsiblemente, en enero.
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