Hace casi cuatro años, un joven, entonces de 22 años, fue denunciado por abusar sexualmente de una niña de 12, en momentos que su madre no se encontraba en la vivienda. El año pasado, por estas fechas, el acusado firmó un juicio abreviado en el que se reconocía responsable del ataque sexual cometido contra la hija de su pareja.
El expediente del imputado, conocido con el alias de “Polaco”, llegó al Tribunal Penal de Oberá donde su caso estaba listo para que entrara a debate. Sin embargo, la fiscal ante el Tribunal ofreció a la defensa del encartado abreviar el proceso, puesto que las pruebas que había en su contra eran contundentes.
El joven aceptó declararse responsable de los delitos que le imputaban por lo cual reconoció haber abusado de la niña. Este reconocimiento de su culpabilidad fue plasmado en un escrito que quitó de la agenda el juicio que se iba realizar en su contra.
La acusación que enfrentó y por la cual firmó el juicio abreviado era la de “abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual simple, agravado por la guarda preexistente y amenazas”. Por la misma aceptó una condena de 11 años de prisión en base a lo que estipula el Código Penal por esa tipificación delictiva.
El hecho fue denunciado a mediados de diciembre de 2018. Sucedió que días antes, por un problema de salud de uno de sus hijos, la madre debió acompañarlo durante sus días de internación. En ese período el joven que era pareja de la progenitora quedó al cuidado de la menor y de otros de sus hermanos pequeños.
La situación de indefensión fue aprovechada por el acusado, quien mientras los otros niños dormían, tomó del cuello a la menor y la amenazó con un cuchillo y le bajó las prendas para abusar de ella. Luego le exigió que no se lo contara a nadie en base a amenazas.
La menor no pudo esperar a que regresara su madre y se lo contó a un familiar, quien radicó la denuncia en la comisaría de San Pedro. Iniciada la pesquisa el Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente ordenó la detención del sospechoso.
La policía fue a buscarlo al domicilio donde convivía con su pareja y la víctima, pero no pudieron hallarlo. Las informaciones que recabaron indicaban que el joven se había dirigido hacia la zona del paraje Palmera Boca, donde finalmente a las 15.30 del 21 de diciembre de ese año, lo capturaron y pusieron a disposición del juez.
Lo que siguió fueron las pericias de Cámara Gesell que confirmaron la situación de abuso contra la víctima. Cerrada la etapa de instrucción el caso se elevó a juicio oral.
Acompañaba a su hijo
La madre de la menor debió ausentarse de la vivienda debido a que acompañó a su hijo durante los días que debió estar internado. Esa situación fue aprovechada por el joven para abusar de la víctima.