Antes del escándalo de las renuncias y cambios en el Gabinete, Alberto Fernández consideraba la cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (CELAC), que tiene lugar este sábado en México, como una de sus acciones diplomáticas más importantes de los últimos meses.
Sin embargo, destituyó a quien lo iba a representar, Felipe Solá, cuando su ahora ex canciller estaba en vuelo y aún no había aterrizado en la capital mexicana.
Más aún, Solá se enteró de que no era más canciller en una de las varias escalas que el pequeño avión de la Fuerza Aérea Argentina que lo trasladaba debió hacer para llegar a destino. Estaba en la República de El Salvador cuando recibió una llamada de Santiago Cafiero, dijeron en su equipo. Fue el ahora ex jefe de Gabinete quien le informó que no era más ministro y que, además, lo reemplazaba.
Solá, enojado, se bajó entonces de la cumbre para representar a la Argentina. En su lugar quedó Juan Valle, secretario de la Cancillería para América Latina.
Al llegar a México, envió su renuncia, en la que le agradece a Alberto Fernández “su confianza en este tiempo y hago votos por su ventura personal y la recuperación plena de nuestra querida Argentina”,
El ahora ex ministro había viajado a México, donde hay decenas de presidentes, entre ellos el cubano Miguel Diaz Canel y el venezolano Nicolas Maduro. Lo hizo junto a su jefe de Gabinete, Guillermo Justo Chaves, y su secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme.
La cúpula de la Cancillería quedó en shock, aunque ya había movimientos para un cambio de ministro. Al fin y al cabo, Solá había sobrevivido a varias crisis por el manejo de la política exterior y a varias peleas personales con Alberto Fernández.
Pero el cambio esta vez vez se esperaba recién para después de las elecciones legislativas de noviembre. Solá incluso se había mostrado entre los más discretos ante la crisis desatada por la orden de la Cristina Kirchner que derivó en la presentación de una renuncia por parte de “Wado” de Pedro al ministerio del Interior, a quien siguieron los más leales a Cristina Kirchner.
Solá no se plegó a esa ola y por el contrario sólo le dijo al Presidente que su cargo estaba a disposición, pero al mismo tiempo apuró algunas decisiones, entre ellas, la de confirmar sus órdenes de los traslados diplomáticos al exterior. Salieron rápido esta semana.
Este sábado los hombres del Presidente manejaban distintas hipótesis, que depende de los resultados de las elecciones de noviembre y de la puja entre Alberto Fernández y su vice Cristina. Una de ellas es que el paso de Cafiero por la Cancillería es transitorio y que después de noviembre lo puede reemplazar el hoy embajador ante los Estados Unidos, Jorge Argüello. Otra es la que mantiene al embajador en Brasilia, Daniel Scioli como candidato a ese puesto.
Pero otra versión dice que una vez que se instale en la Cancillería, Cafiero no se va. Su juventud sorprendió para el cargo que debe representar a la República Argentina en el exterior. Sin embargo no hay que minimizar sus condiciones si se rodea de un buen equipo. Desde la campaña de Fernández en 2019 y luego como jefe de Gabinete, Cafiero mantuvo frecuentes relaciones con las embajadas extranjeras durante la pandemia.
Este martes tendrá su debut internacional acompañando el discurso virtual que dará Fernández ante las Naciones Unidas. El Presidente iba a viajar a la ONU. Suspendió el viaje a Nueva York como a México por su crisis tras la derrota en las elecciones primarias del domingo.