Luego de la toma del poder de los talibanes, Afganistán comienza a sufrir las reacciones del mundo entero: desde el bloqueo de fondos del Fondo Monetario Internacional, pasando por la reubicación del personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta los firmes pedidos de Human Rights Watch para que se respeten los Derechos Humanos.
En primer lugar, un centenar de empleados de la ONU en Afganistán fue trasladado hacia Kazajistán como “medida temporal” ante la situación del país por la caída del Gobierno frente a los talibanes.
“Un grupo de personal de la ONU viaja desde Kabul a Almaty en Kazajstán, donde continuarán su trabajo de forma remota“, informó el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, durante una rueda de prensa.
Según explicó, se trata de una medida con la que se espera que “la ONU siga prestando asistencia al pueblo de Afganistán con el mínimo de interrupciones“, al tiempo que “se reduce el riesgo para el personal“.
“La presencia remota brindará un apoyo cercano al trabajo continuo de la familia de las Naciones Unidas sobre el terreno en Afganistán“, añadió.
Luego, destacó que “el personal regresará a Afganistán si las condiciones lo permiten“.
El último lunes, el secretario general, António Guterres, había explicado que “la presencia de Naciones Unidas en Afganistán” se adaptaría “a la situación de seguridad”.
En paralelo, el FMI anunció que el nuevo Gobierno de Afganistán no podrá tener acceso a los activos de reserva y a otros recursos a partir de la próxima semana, en un intento por evitar que los talibanes se hagan con nuevos fondos mientras se aclara la situación política en el país asiático.
Según aclaró el organismo, “falta claridad” en la comunidad internacional en relación al reconocimiento de la futura Administración afgana.
“Como siempre, el FMI se guía por las opiniones de la comunidad internacional“, manifestó un portavoz en un mensaje recogido por la agencia Bloomberg.
Al igual que otros países, Afganistán iba a recibir el lunes 455 millones de dólares en derechos especiales de giro, canjeables por efectivo. Como ya les ocurrió a Venezuela o Birmania, Afganistán recibirá los activos, pero en realidad no podrá controlarlos ni cambiarlos por divisa alguna.
Human Rights Watch, en alerta
La ONG Human Rights Watch (HRW) afirmó que, hasta el momento, los talibanes solo han ofrecido “palabras vagas” en relación al respeto de libertades y Derechos Humanos en Afganistán, por lo que se los instó a comprometerse públicamente a cumplir los tratados en vigor y a permitir la presencia de la ONU y de observadores internacionales independientes.
El director de campañas de HRW para Asia, John Sifton, cree que “los talibanes necesitan demostrar con acciones su compromiso con los Derechos Humanos“.
“Ganarse la confianza de la nación y del mundo requerirá que las autoridades talibanes de todo el país respeten los Derechos Humanos de todos“, añadió, consciente del riesgo que corren colectivos vulnerables como las mujeres, funcionarios del Gobierno o colaboradores con los militares extranjeros.
De hecho, HRW y otras organizaciones ya han recabado información sobre presuntas ejecuciones extrajudiciales de funcionarios por parte de los talibanes en las últimas semanas.
El responsable de HRW considera “clave” que la ONU pueda poner en marcha un mecanismo para investigar los Derechos Humanos en Afganistán e informar públicamente de la situación real.
Por su parte, el Consejo de Derechos Humanos tiene previsto reunirse de urgencia el próximo martes y la HRW espera que se adopte una resolución que abra la puerta a una investigación
Fuente: Medios Digitales