En el caso de tener que relocalizar familias, el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA) debe generar un estudio socioambiental previo y es ahí donde aparecen complejas situaciones. Es así que se genera un abordaje territorial integral para generar espacios de contención para los casos de violencia, adicciones y control de la natalidad.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN la coordinadora de la Dirección de Emergencia Social del IPRODHA, Lucía Bauman, explicó que “desde el 2011 nos dedicamos exclusivamente a la relocalización y regularización de los asentamientos. Entonces, somos el área que está más cerca de las familias vulnerables con diversas problemáticas y que se agudizan en estos sectores ubicados en lugares desprovistos de recursos“.
“Comenzamos así a articular con la Fundación Sol de Misiones para las relocalizaciones, como la del barrio San Gerardo, ex PAM, debido a la trayectoria de trabajo en sectores más humildes”, continuó.
En el terreno, “empezamos a ver las limitaciones que teníamos en las intervenciones, porque no se trata sólo de solucionar una problemática habitacional con una relocalización. En muchos casos, se necesita un acompañamiento. En el barrio Sol de Misiones, hasta estos días continúan las actividades”, añadió.
Bauman aclaró que “relocalizar va más allá de la atención regular al ciudadano que se inscribe para solicitar la adjudicación de una vivienda del IPRODHA. Para ello, se necesita un trabajo territorial previo que lleva casi un año donde se detectan otras cuestiones, más allá de lo habitacional: violencia de género, intrafamiliar, situaciones de abuso de menores“.
“Con un sin fin de problemáticas, como institución teníamos un límite, así que se generaron convenios con otras organizaciones que tienen sus competencias”, agregó.
Con un abordaje entre las diversas instituciones se busca “generando acciones para que las personas puedan estar un poco mejores y cuenten con herramientas. Por eso se organizan talleres, capacitaciones”.
Con los relocalizados
Entre las organizaciones que realizan asistencia en los barrios, la presidenta de la Fundación Sol de Misiones, doctora Teresa Santonato, recordó que “estamos en la chacra 128 desde el año 2002. Cuando todavía no había un centro de salud, trabajé como pediatra atendiendo en las casas“.
“En ese momento el conocido como barrio PAM era un lugar difícil, con un asentamiento bastante grande e incluso peligroso. Comenzamos con una escuela infantil y cuidamos a los niños. Luego de 23 años, con un trabajo de fondo, el asentamiento sobre la avenida Monseñor de Andrea, aceptó la ayuda del IPRODHA para irse, porque no querían hacerlo. Eran 80 familias ubicadas en una cuadra y media”.
Tras esto, “se dividió el trabajo entre la chacra 128, San Gerardo, y el nuevo barrio, Sol de Misiones, también se sumaron otros barrios para acompañar al Instituto en la parte social. Con aquellos que fueron localizados en Itaembé Guazú, en el barrio 508 Viviendas, el año pasado, antes de que inicie la cuarentena, iniciamos una labor que luego fue suspendida“.
“Ahora, lo retomamos y estamos con un grupo de mujeres para aconsejarlas en la prevención del embarazo adolescente, junto con el programa del Ministerio de Salud para la provisión de los anticonceptivos”, añadió.
Sin embargo, Teresa Santonato detalló que “hay otros problemas de fondo que necesitan atención. Generalmente, los chicos tienen una escolaridad incompleta, son familias sin figura paterna, hay mucho consumo“.
“Tanto en San Gerardo como en barrio 508, funcionan los puntos preventivos dependientes del Ministerio de Prevención de Adicciones y Control de Drogas. Además, hay diversos talleres y en la chacra 128 también funciona el Centro Modelo de Admisión y Seguimiento, dispositivo para atender a los niños y jóvenes que tienen conflictos en lo penal”.