El próximo 9 de julio celebraremos un nuevo aniversario de la independencia de nuestra patria, que nos invita a reflexionar sobre el camino que transitamos como nación independiente desde hace 205 años. Esta larga historia de nuestra independencia en medio de la pandemia y la crisis económica que estamos atravesando, nos debe impulsar a unirnos como nación fortaleciendo nuestro espíritu patriótico para que realmente logremos una nación libre que sea un verdadero hogar donde todos podamos vivir en armonía.
Si bien la declaración de la independencia se firmó hace más de dos siglos, para ser una nación independiente lo vamos afianzando con este largo caminar que estamos transitando con grandes incertidumbres. Son muchos los desafíos que nos alejan del sueño de una verdadera libertad para todas las personas que habitan nuestras tierras. Hoy quisiera reflexionar sobre algunos valores que nos ayudarán a consolidar este camino de libertad que hemos emprendido como nación.
Lo que ha caracterizado a nuestros próceres en la gestión de una nación independiente, es el espíritu de lucha, esfuerzo, trabajo mancomunado ante las adversidades y desafíos que plantea toda nación. Creo que también hoy nuestra celebración de la independencia nos invita a seguir aportando todo nuestro esfuerzo y trabajo sincero para construir una nación verdaderamente libre, para superar tantas esclavitudes que nos acechan como la desocupación, pobreza y una vida sin horizontes.
Es necesario que juntos busquemos caminos de liberación para tantas personas que viven sin la verdadera libertad a causa de las desigualdades sociales y económicas, pobreza y marginación, desocupación y falta de futuro en la vida de muchos jóvenes. Son tantas situaciones que debemos enfrentar con esperanza y la confianza puesta en nuestro Dios. Nuestra Madre María nos enseña el camino de la confianza y obediencia a la voluntad de Dios que nos ayuda a enfrentar las situaciones difíciles sin desánimo.
La celebración de la independencia nos empuja a luchar por la equidad y la igualdad social. Así como la Virgen María, portadora de la Buena Nueva, salió al encuentro de su prima Isabel, también en medio de tantas adversidades que vivimos, el verdadero camino de la independencia nos invita a caminar hacia el encuentro del que está solo, desamparado, del anciano y el enfermo. Estamos llamados a iniciar un camino de solidaridad y servicio desde el amor, para que el sueño de la libertad e independencia se cumpla en todos los rincones de nuestra patria.
Esta generosidad nos invita a seguir forjando nuestra patria desde el diálogo fraterno y la escucha de todos los actores de nuestra nación. Solamente a partir de un diálogo sincero podremos comprender las necesidades de todos los ciudadanos para responder a tantas insuficiencias de nuestras comunidades y pueblos. Es necesario que redoblemos esfuerzos conscientes de nuestras fortalezas, para superar la crisis económica que está golpeando a nuestra nación desde hace varias décadas.
Que Nuestra Señora de Itatí, interceda por nuestra patria y sigamos conservando el sueño de construir una nación libre e independiente, que nos ayude a pensar en el futuro de las generaciones, optando por la defensa de la tierra, los ríos, los bosques y en una economía solidaria que defienda la dignidad de todos. Celebremos la fiesta de la independencia de nuestra querida argentina, con el compromiso de hacerla cada vez más grande y el empeño de afianzar su independencia.