
Ingresó a un local de repuestos de Vicente López junto a un cómplice con el objetivo de robar. Pero Carlos Robledo Puch no estaba dispuesto a dejar testigos, por lo que luego de apoderarse del dinero mató a tiros al sereno del local, dando inicio a una serie de homicidios que lo llevó a convertirse en el máximo asesino múltiple de los últimos 50 años de la historia criminal argentina.
En mayo de 1971, Robledo Puch de 19 años y cara de niño, cometió el primero de sus once asesinatos que en febrero de 1972 lo llevaron a la cárcel y a ser sentenciado a la pena de reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado.
“El Ángel de la Muerte” se convirtió no sólo en el preso que más tiempo lleva en una cárcel argentina (49 años), también en uno de los personajes más notorios de la historia policial, con libros escritos y películas filmadas sobre él.
Según especialistas, un homicida que mata a dos o más personas puede ser considerado asesino múltiple, en masa o serial según ciertas características que se evalúan en la escena del crimen y que pueden determinar el comportamiento del asesino frente a sus víctimas.
“Los homicidas múltiples son quienes llevan a cabo los hechos y las víctimas resultan muertas en una misma acción violenta”, explicó Laura Mónica Daró, abogada, periodista y criminóloga. Mientras que Eloy Torres, profesor de investigación criminal, señaló que “no siempre eligen una característica de la víctima para atacarla” y pueden variar su modus operandi, siendo “prolijo o desprolijo”. “Robledo Puch es serial, pero mataba al sereno, al compañero; los mataba por deseo”, argumentó.
Otro modus operandi fue el empleado a mediados de los ‘70 por Juan Carlos Laureana, “El Sátiro de San Isidro”, quien en un año violó y asesinó por lo menos a 13 mujeres. Sin embargo, este joven de 22 años que estudió en un colegio religioso en Corrientes y tenía una esposa y tres hijastros nunca fue condenado. En febrero de 1975 murió al tirotearse con la Policía.
Cuatro años más tarde, en febrero de 1979, se inició la saga de María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, conocida luego como “Yiya” o “La envenenadora de Monserrat”, quien mató a tres vecinas a las que le debía dinero, al colocar veneno en el té que les invitaba a tomar. La maniobra fue descubierta en abril del mismo año y “Yiya” quedó detenida, tras lo cual pasó 16 años en prisión y falleció en libertad (2014) en un geriátrico.
Por su parte, Arquímedes Puccio fue contador, abogado, comerciante y agente de inteligencia militar, estaba casado, tenía cinco hijos y residía en San Isidro cuando a comienzos de los ‘80 lideró un clan para secuestrar y asesinar a miembros de familias adineradas de la zona norte del conurbano, lo que se convertiría en otra historia real llevada a la ficción por cineastas.
Puccio fue condenado junto a su hijo Alejandro (exrugbier del CASI y Los Pumas) a reclusión perpetua por tres ejecuciones a tiros y pasó 23 años en prisión hasta que recibió la libertad condicional y falleció en 2013, en La Pampa.
Otro de sus hijos, Daniel “Maguila” Puccio, también fue acusado de pertenecer al clan pero nunca llegó a estar en prisión; en cambio, Alejandro pasó 22 años preso y murió en libertad en 2008.
En los ‘90 hubo otra organización criminal liderada por joven estudiante de 18 años, Guillermo Antonio Álvarez, alias “El Concheto” y oriundo de Acasusso; quien “admiraba” a Robledo Puch.
“La banda de los chicos bien”, estaba conformada por jóvenes de clase alta y se dedicaba a robar a mano armada. En 1999 y 2000, Álvarez fue condenado a reclusión perpetua por cuatro homicidios; en 2015 recuperó la libertad, pero volvería a la cárcel por robo y aún permanece detenido.
Un caso de homicida múltiple en masa fue el odontólogo Ricardo Barreda, quien en una sola noche de furia de noviembre de 1992 mató a escopetazos a su esposa, suegra y dos hijas en una casona del centro platense. En 1994 fue condenado a reclusión perpetua y en 2008 recuperó la libertad, volvió a estar en pareja y murió a los 84 años, solo y enfermo, a fines de mayo de 2020.
Se lo consideró un “cuádruple femicida” ya que todas sus víctimas fueron mujeres y con las que tenía un vínculo de convivencia.
En agosto de 1995, Luis Fernando Iribarren confesó ante la Policía haber matado a su tía unos días antes, pero lo que más sorprendió fue que este joven se quebró y terminó admitiendo que en 1986 había asesinado y enterrado a sus padres y sus dos hermanitos en un campo cercano a San Andrés de Giles. Hasta ese entonces se creía que los cuatro habían desaparecido y a partir de su confesión Iribarren fue conocido como “El Chacal de San Andrés de Giles”. En 2002 lo condenaron a prisión perpetua.
En noviembre de 2011 se produjo un hecho similar al de Barreda y también en La Plata, cuando una mujer, su hija, su nieta y una amiga de la primera fueron asesinadas a puñaladas en una casa. Fue condenado un vecino formoseño que hacía arreglos en el lugar, Javier “La Hiena” Quiroga (39), aunque por mucho tiempo se creyó que el autor de esa masacre había sido el novio de una de las víctimas.
Hubo otros asesinos múltiples pero cuyos crímenes no tuvieron la repercusión como el del taxista de Quilmes. Hugo Acevedo, quien en marzo de 1998 estranguló a su concubina, mató a balazos su ex, a la pareja de ésta y al padrastro. Acevedo no llegó a ser condenado, se suicidó en la cárcel.
Otro asesino múltiple fue Javier Hernán Pino (31), quien entre febrero y octubre de 2015 mató a cinco personas en Buenos Aires, Salta y Santa Fe.
El último caso conocido de un asesino serial con método particular fue el del mecánico Rubén Recalde (60). Atacaba a mujeres los jueves por la tarde y en locales comerciales del rubro infantil en Junín. Ya tenía sentencia por un ataque ocurrido en 2009 pero la víctima sobrevivió. En 2015 lo condenaron a reclusión perpetua por estrangular a dos mujeres en 2012 y 2014, aunque la justicia sospechó que en 1999 ya había asesinado a otra, cuyo crimen nunca se resolvió.
Desde “El Ángel de la Muerte ” a “La Hiena”
3/5/1971: Robledo Puch a los19 años comete el primero de los 11 homicidios. Ocurre durante un asalto a un local de venta de repuestos de Vicente López, municipio del norte del Gran Buenos Aires, donde, en complicidad con Jorge Ibañez, asesina a tiros al sereno José Bianchi.
3/2/1972: Puch y su cómplice Héctor Somoza matan al ferretero Manuel Acevedo. Tras ello “El Ángel de la Muerte” ultima a Somoza y lo quema. Un día después es detenido por la Policía, que había hallado su cédula de identidad en la ropa del delincuente asesinado.
27/2/1975: Juan Carlos Laureana, alias “El Sátiro de San Isidro”, muere al tirotearse con policías que lo buscaban por violar y asesinar a por lo menos 13 mujeres.
11/2/1979: Muere Nilda Adelina Gamba, un día después de beber té envenenado junto a su vecina María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, “Yiya”. Once días después hallan muerta a la segunda víctima de Murano, “Chicha” Formisano de Ayala. Dos días más tarde “Mema” Venturini, otras de las prestamistas a las que “Yiya” les debía dinero, fallece camino al hospital.
27/4/1979: La Policía detiene a “Yiya” Murano en su departamento del barrio porteño de Monserrat.
27/11/1980: Puch es condenado a reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado. Al día de hoy, lleva 49 años preso, excepto por dos días de julio de 1973, cuando escapa de la cárcel de La Plata hasta que es recapturado.
22/7/1982: El clan liderado por Arquímedes Puccio secuestra a su primera víctima, el joven Ricardo Manoukian, amigo de su hijo Alejandro. Nueve días más tarde, Manoukian sería asesinado y su cuerpo arrojado cerca de un río en Escobar, al norte del conurbano bonaerense.
23/8/1985: La Policía detiene a los integrantes del “clan Puccio” y libera sana y salva a la empresaria Nélida Bollini de Prado, la cuarta persona a la que habían secuestrado y que permanecía cautiva en la casa de Arquímedes, en San Isidro.
15/11/1992: El odontólogo Ricardo Barreda asesina a escopetazos a su esposa, Gladys McDonald; su suegra, Elena Arreche; y a sus dos hijas, Cecilia y Adriana, en la casa donde residían, en La Plata.
14/8/1995: El Poder Judicial platense condena a Barreda a reclusión perpetua. Al cabo de un juicio oral en cual el odontólogo da su versión de los hechos, por la cual dice estar arrepentido de sus crímenes.
27/7/1996: Guillermo “El Concheto” Álvarez y “Los chicos bien” asesinan al empresario Bernardo Loitegui en un asalto en Martínez. Seis horas después matan a otras dos personas: un policía federal y una estudiante. Ya detenido, “El Concheto” asesina a un preso en 1997.
7/3/1998: El taxista de Quilmes Hugo Acevedo estrangula a su concubina, Mirtha Díaz y luego mata a balazos a su exesposa Estrella Domínguez, a la pareja de ésta Juan Viceconte y a su padrastro Vicente Acevedo.
27/11/2011: Javier “La Hiena” Quiroga asesina a puñaladas a Bárbara Santos, a su hija Micaela Galle, a su madre, Susana De Barttole; y a una amiga, Marisol Pereyra. El denominado “Cuádruple crimen de La Plata”.
25/5/2020: Barreda muere a los 84 años, solo y enfermo, en un geriátrico de Jose C. Paz, Buenos Aires.
Fuente: Agencia de Noticias Télam




