Siguiendo al gestor de empresas Patrick Lencioni y de mi experiencia trabajando con directores, equipos y organizaciones quiero reflexionar con ustedes sobre algunos aspectos claves para superar estos desafíos. Estas variables no son compartimentos estancos sino que se influyen entre si:
1. En primer lugar es importante la “confianza”. Animarnos a mostrar nuestra vulnerabilidad es clave para generarla. Aceptar errores y debilidades posibilita esta construcción.
2. Si se fracasa en la construcción de confianza, esto nos lleva a la segunda variable a tener en cuenta: el “temor al conflicto”. En los equipos que carecen de confianza, suele reinar el miedo y este no permite discusiones constructivas ya que pone a sus integrantes a la defensiva, lo que sólo genera que las quejas vayan por debajo de la mesa y el conflicto escale.
3. Si los conflictos no pueden ser conversados y canalizados constructivamente, esto nos lleva a otra variable clave cual es la “falta de compromiso”. Cuando en una organización no hay espacio para poder poner sobre la mesa las opiniones y dialogar constructivamente hacia el consenso, los miembros del equipo raramente se comprometeran con las decisiones que otros impongan, aunque finjan estar de acuerdo durante las reuniones.
4. Esta falta de compromiso y aceptación de los miembros de un equipo los lleva a desarrolar la “evitación de responsabilidades”. Si sus integrantes no pueden comprometerse con el plan de acción, hasta el más centrado y entusiasta vacilará antes de llamar la atención de sus compañeros sobre acciones y conductas contraproducentes para el bien del equipo.
5. Finalmente, esta incapacidad para hacerse responsables mutuamente crea un ambiente en el que no se priorizan los resultados del equipo ya que cada uno de sus miembros antepondrá sus necesidades individuales (como el ego, el desarrollo de la carrera personal, el reconocimiento) por encima de las metas colectivas.
En definitiva, para que nuestros equipos de trabajo sean funcionales y expansivos deberemos poner el foco en generar confianza; animarnos y capacitarnos para poder hablar bien de lo que está mal; involucrar a todos en la toma de decisiones de manera tal de comprometerlos y que asuman responsabilidades para que, de esta manera, los resultados sean priorizados por todos.
El espíritu de equipo se construye. Ya lo dice el proverbio africano: “Si caminas sólo iras mas rápido; si caminas acompañado llegarás más lejos”.