En el medio se fueron dando otros capítulos escandalosos, como el del vacunatorio VIP, pero siempre los números siguieron siendo poco transparentes.
Hubo incrementos cuantiosos de casos de fallecidos que se cargaron tiempo después de ocurridos (provincia de Buenos Aires o Formosa el más reciente) y la culpa fue siempre del sistema informático o “la carga” de los datos.
Con las vacunas pasó igual. Además hubo anuncios grandilocuentes de compras y contratos con laboratorios que se hicieron en 2020 y de los cuales se vieron pocos cumplimientos en 2021.
Así, también hubo polémica en los dichos de gobernantes y opositores respecto del porqué no se cerró la compra de millones de vacunas a Pfizer que -por el ensayo que hizo la misma en la Argentina- había ofrecido prioridad de venta. Glaciares o no, nunca se supo con claridad qué pasó que no se compraron.
Ahora, como buen año electoral y con candidatos a presidentes anticipados varios años antes de la elección, esa falta de transparencia fue un elemento para que el principal sector de la oposición nacional al Frente de Todos redoble su apuesta, denunciando un presunto hecho de corrupción.
Los ciudadanos que no militan en ninguno de los sectores de la contienda política, que se encuentran restringidos en sus acciones cotidianas (incluso laborales) con el impacto que ello significa; y sin poder vacunarse, esperan una respuesta clara y precisa de las acciones del Gobierno nacional en la materia.
Porque, para cualquier Gobierno (nacional, provincial, municipal), debería ser una rendición de cuentas constante, en especial en temas tan sensibles.
Después, como corresponde a un sistema republicano, será la Justicia la que deberá resolver las denuncias que se hagan de uno y otro lado de los partidos políticos, para determinar si se ejerció un control del Gobierno o se acusó sin fundamentos.
Pero “el pueblo” debe saber de qué se trata. Como hace 211 años, aquel 25 de mayo en que la revolución daba inicio a una Patria a la que nuestros representantes juran defender.