Las vueltas de la vida le tenían preparada una sorpresa muy grande a Camilo Villarreal. Después de tanto andar en el fútbol dio un claro ejemplo de que los sueños se pueden cumplir cuando se tiene una mente bien enfocada en lo que se quiere y si se trabaja muy duro para ello.
Un día, el posadeño de 21 años se fijó la meta de llegar a Europa y tras pasar por diferentes obstáculos en su carrera lo logró. Desembarcó en Polonia, un país que tiene profundas raíces en su ser ya que su bisabuelo nació allí y llegó a la Argentina en el período de las post guerra.
Vive en Lodz, una ciudad muy tranquila que todavía alberga en su paisaje postales de la Segunda Guerra Mundial. Incluso su casa queda a pocas cuadras del que fuera el mundialmente conocido “Gueto de Lodz”, un ex campo de concentración Nazi que congregó a niños, judíos y gitanos y fue parte de la historia más triste y oscura del país.
Camilo se formó en Guaraní Antonio Franco, pero desde pequeño, con una mochila cargada de ilusiones, abandonó su casa y emprendió un largo viaje, con muchas destinos en el medio, y que hoy lo tiene a más de 11.000 kilómetros de distancia de su Misiones natal.
Recorrió varios equipos del país como las inferiores de Argentinos Juniors, Ferro Carril Oeste y Almagro. También estuvo en el exterior, en el Nacional Senac de Bolivia, y ahora firmó contrato con el Widzew Lodz, un club grande del país que incluso disputó la Champions League (Copa UEFA en ese momento).
El volante le aseguró a EL DEPORTIVO que está muy emocionado porque “mis bisabuelos vinieron el período de entreguerras y muchos años después es gratificante la posibilidad de que su bisnieto pueda volver”. Camilo tiene la ciudadanía polaca y esto a su vez le abre las puertas cualquier lugar del viejo continente.
¿Cómo y cuándo se dio tu llegada a Polonia?
Llegué a Polonia hace aproximadamente un mes y medio y se dio mediante las gestiones de mi representante (Martín Aguayo). También a través de los scauting del club. Vieron mis videos, me tuvieron a prueba unos días y me representante fue el que también movilizó para ver el tema de los vuelos.
Contame algo de Widzew…
Widzew es un club muy ordenado, por las instalaciones que tiene te puedo decir que totalmente un club de elite. Acá se trabaja con drones, con todo el equipamiento. Al estadio lo conocí el día que firmé contrato, es hermoso, muy grande. Hay mucha gente que trabaja en el club y es como una familia. Acá todos me tratan muy bien, me van adaptando con el tema del idioma y esas cosas. El club tiene A y B. El primero juega la Liga 1 y el segundo tiene un equipo en el ascenso, pero también en Primera.
¿Sabías algo del club antes de llegar?
Sí sabía porque yo tuve varias opciones de distintos clubes y una era de acá. Entonces preferí acá. Es un club grande de Polonia e incluso jugó la Champions League. Tienen grandes jugadores, algunos de ellos llegaron a la selección y por eso decidí aceptar este desafío.
Ya debutaste y también hiciste gol…
Sí, desde que llegué ya jugué varios partidos, algunos entré desde el banco y otros de titular. Por suerte me fue bien, di asistencias e incluso hice goles (tiene 2 goles y cuatro asistencias en seis partidos disputados). Estoy muy feliz por eso y agradezco a mis compañeros porque es todo gracias a ellos. Yo sólo aporto mi granito de arena y trabajo, porque es lo único que puedo prometer. En el fútbol no se puede prometer éxito, ni goles, ni asistencia, sólo trabajo.
¿Por cuánto tiempo firmaste?
Firmé un contrato temporal hasta junio, con un extensión de un año que lo debo firmar en julio. Pero pasa que hay otros clubes que están interesados en mí, el club esto lo sabe. Entonces con mi representante analizamos la posibilidad de que me vendan o seguir.
¿Y cuál es tu postura?
Sinceramente quiero jugar. No importa el club, sólo sumar minutos. Si viene el Real Madrid y no voy a jugar entonces no. Yo sólo quiero jugar porque eso es lo que va hacer que yo mejore.
Estás a más de 11.000 kilómetros, ¿cómo te fue con la adaptación?
Con el tema de los horarios, estamos a cinco horas de diferencia con Argentina. El clima acá es muy frío, hay nieve. Estamos en Primavera y la temperatura llega a cero grado. Y el idioma es una barrera totalmente, pero nada imposible de aprender. Complica a la hora de comunicarme con los técnicos, pero día a día voy aprendiendo y mejorando.
¿Cómo se llama la ciudad en la que vivís?
Estoy viviendo en Lodz, una ciudad que está 150 kilómetros de la Capital de Polonia (Varsovia). Es una ciudad tranquila, muy antigua, que tiene cosas de la Segunda Guerra Mundial. En lo personal es muy emocionante estar acá por el tema de mis antepasados. Mi bisabuelo era polaco y estar acá, jugar acá es un plus y estoy muy contento por esta oportunidad.
Dijiste que estás cerca de un campo de concetración…
Sí, estoy a unas 10 cuadras de lo que fue el gueto de Lodz, un campo de concentración que incluso alojó a niños. Acá ya están acostumbrados, pero son cosas muy fuertes.
¿Cómo te recibieron allá?
Me recibieron muy bien, la gente es amable, puntual y muy recta. Acá se habla el polaco y el inglés. Tengo un compañero que habla muy bien el español, pero en mi caso intento todos los días estudio el idioma polaco y mejorando el inglés. Día a día voy aprendiendo más palabritas.
El fútbol, ¿es muy distinto al de Argentina?
El fútbol se juega igual en todos lados, pero la verdad es que acá es muy físico y táctico. Por ejemplo casi todos los días miramos videos tácticos, algo de lo que estoy sorprendido. Desde que llegué todavía no corrí, hicimos todos trabajos tácticos, con pelota y acá todo ayuda porque las canchas son lindas. A pesar de que Polonia no tiene una liga de elite, sí se trabaja como una Premier League. Esto a mí me va a mejorar mucho y creo que el fútbol polaco tiene mucho para dar. Un ejemplo claro es que Robert Lewandowski (Bayern Munich) es el actual mejor jugador del mundo.
Hace unos meses nos dijiste que tu sueño era jugar en Europa, y lo cumpliste…
Sí, me acuerdo ese día que estaba en la radio (Santa María de las Misiones) y me preguntaron si algún día me gustaría jugar acá y la verdad que me moría de ganas. Los que me conocen saben que mi sueño era jugar en Europa sea el país que sea y la división que sea. Era el anhelo de mi corazón y más si se daba en Polonia por la historia de mi familia. Mis bisabuelos vinieron el periodo de entreguerras y muchos años después es gratificante la posibilidad de que su bisnieto pueda volver. Estoy muy contento de estar acá y luego veremos lo que el destino me depara. Mientras tantos vamos paso a paso y vivo el día a día.
Es una meta cumplida, ¿pero vendrán más?
Claro, cumplí un sueño, pero ahora voy por más. Ya me fijé metas a corto, mediano y largo plazo. Ahora quiero seguir ganándome minutos, ganándome el lugar. Crecer como futbolista y mejorar como persona. Creo que en esta sociedad hay mucho que aprender y algo que mucho me gustaría es poder jugar en la selección polaca, es muy difícil, pero no imposible. Si Dios me lo permite, algún día podré cumplir este anhelo.
Europa es un vidriera muy grande…
Esto es la ventana al mundo. Estar en Polonia me trae sensaciones encontradas, pero tengo que seguir enfocado día a día. Siempre me caractericé por la perseverancia, el trabajo duro y tener metas claras. Y después pagar el precio por seguir los objetivos. Yo nunca salí de joda, siempre me dediqué a mejorar y voy a seguir con la misma fórmula y espero poder seguir escalando. Esto muy agradecido con lo que tengo, pero no pienso quedarme solo con esto.