El Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid ha prohibido esta mañana a la FIFA, la UEFA, LaLiga y las federaciones de fútbol que adopten cualquier medida que “prohíba, restrinja, límite o condicione de cualquier modo, directa o indirectamente” la puesta en marcha de la Superliga Europea, la nueva competición impulsada por 12 grandes clubes europeos.
La decisión judicial de carácter cautelarísimo, que ha sido tomada a solicitud de la propia Superliga, ordena a estas instituciones que se abstengan de tomar “cualquier medida sancionadora o disciplinaria” contra los clubes que se sumen a la nueva competición, ni tampoco contra sus jugadores y directivos.
Igualmente, veta que se excluya a los clubes impulsores de la Superliga “de cualquiera de las competiciones de clubes internacionales o nacionales en las que vengan participando con regularidad”, como la Champions.
La decisión ha sido adoptada después de que la European Superleague Company SL, la empresa española responsable del nuevo torneo, haya solicitado la medida “cautelar inaudita” de impedir que los organismos reguladores del fútbol realicen cualquier acción que pueda ir contra la nueva competición, que ha supuesto una revolución en el mundo del fútbol.
La acción judicial llega después de que la UEFA haya amenazado a los clubes rebeldes y a sus jugadores con excluirlos de sus competiciones “tan pronto como sea posible” y de que la FIFA amenazase a los equipos impulsores con quedarse fuera de las competiciones que patrocina.
El juez ha tomado siete medidas para frenar cualquier acción que pueda perjudicar el desarrollo de la Superliga. La primera de ellas es que prohíbe que la FIFA y la UEFA adopten medidas o hagan declaraciones que puedan limitar “de forma directa o indirecta” la preparación de la nueva competición, al menos mientras dure el procedimiento judicial abierto en el juzgado de lo Mercantil de Madrid.
Además, prohíbe a los citados organismos rectores del fútbol internacional que “anuncien, amenacen con, preparen, inicien o adopten” medidas disciplinarias o sancionadoras “frente a los clubes, directivos y personas de los clubes o jugadores” que participen en la preparación de la Superliga.
La prohibición es extensiva a los “miembros asociados, confederaciones clubes licenciatarios” o “ligas nacionales o domésticas”. El juez veta expresamente que los equipos que han manifestado su intención de participar en la nueva competición puedan ser excluidos de competiciones como la Champions o sus jugadores lo sean de competiciones entre selecciones nacionales.
El anuncio este domingo por la noche de una Superliga semicerrada liderada por 12 de los grandes clubes europeos y al margen de la UEFA ha desatado una guerra que puede originar un cambio drástico en las competiciones y en la industria del fútbol tal y como se conocen. La Superliga contaría con los 12 clubes fundadores, que nunca descenderían, más otros tres invitados a este grupo, y otros cinco que se clasificarían cada año.
Los 20 equipos quedarían divididos en dos grupos de 10, con partidos a ida y vuelta que se jugarían entre semana, excepto la final. Los tres primeros de cada grupo pasarían al sistema de eliminatorias a ida y vuelta a partir de cuartos de final. Los cuartos y los quintos jugarían una eliminatoria para completar los ocho equipos de cuartos. En total, 197 partidos por los 125 de la actual Champions.
Según fuentes consultadas, de inicio los citados clubes fundadores se repartirían 3.525 millones de euros. El reparto, si finalmente son 15 los fundadores (12 más los tres invitados) sería así: 350 millones de euros para seis clubes, 225 para cuatro, 112,5 para dos y 100 para tres clubes, según un sistema de reparto no basado en la clasificación. Estas mismas fuentes aseguran que se pretendería iniciar la competición en 2022.
Fuente: El País