El 4 de agosto de 2018, Celia Mabel Smiak (45) ingresó desesperada a la comisaría de Leandro N. Alem para buscar resguardo para ella y sus tres hijos, pero también para denunciar a su expareja, Pedro Darío Pietrowski por las amenazas de muerte que habría vertido contra ella.
Durante veinte años Pietrowski fue alcalde de Almafuerte y en 2019 fue derrotado por su denunciante a su intento por volver al poder de la localidad de alrededor de 1.500 habitantes.
Poco menos de un año antes, su expareja denunció que fue amenazada de muerte en reiteradas ocasiones y que ya no alcanzaba la restricción de hogar judicial, dormía en una habitación de la casa de su padre junto a los tres adolescentes, dos menores de edad por entonces.
De acuerdo al auto de elevación a juicio de la fiscal de Instrucción 5 de Alem, María Gisela Casafus de Castro, Pietrowski a medida que sus hijos fueron creciendo aumentó el maltrato hacia su pareja. Cuando ella decidió romper el vínculo, las amenazas fueron de muerte y reiteradas. Entre ellas se destacó de la denuncia: “Te voy a eliminar (…) No tengo problemas en quedar bajo la sombra (preso) (…) Si no lo hago yo lo va a hacer otra persona pero vos me vas a suplicar por la vida”.
El amedrentamiento aumentó cuando Smiak decidió iniciar su campaña política para llegar a jefa comunal. A tal punto habría llevado el padecimiento el encartado que la víctima y sus tres hijos debieron mudarse y vivir al límite del terror ante la posibilidad que Pietrowski cumpliera con sus amenazas.
También -y siempre según lo que afirma la acusación- la situación de miedo continuó hasta que en 2019 una medida cautelar del fuero Civil y de Familia de Alem le prohibió al acusado acercarse al exhogar conyugal.
Una hija del encartado, hoy de 21 años, oportunamente relató y coincidió con su madre en el literal “calvario” al que fueron sometidos. “Cuando mi papá maltrataba y amenazaba a mi mamá, ella corría al baño y cerraba con llave (…) Una vez mi madre estaba en la camioneta y llegó él (Pietrowski en otro vehículo) y la encimó, chocó y la amenazó con un cuchillo”. Otra de las víctimas, entonces menor de edad, resaltó que Pietrowski “la amenazaba a mi madre con cortarle la cabeza con un cuchillo, que si no le pasaba el terreno y la casa a su nombre la iba a matar”.
Por estas y otras circunstancias, la causa llegó a debate oral por el delito de “amenazas” (artículo 149 Bis del Código Penal Argentino) y será el juez Correccional y de Menores, César Raúl Jiménez en carácter de tribunal unipersonal quien lo juzgue y la fiscal de Menores 2, María Laura Álvarez quien lo acuse.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN adelantaron que Pietrowski se negó a una propuesta de juicio abreviado por la que enfrentaría una pena de un año de prisión en suspenso, como probation si se reconocía culpable. En caso que no se presente esta mañana ante el Tribunal, se lo declarará en rebeldía y se ordenaría su detención.
Encuadre legal
El exintendente de Almafuerte llegó a juicio acusado por el delito de “amenazas”, previsto y penado por el artículo 149 Bis del Código Penal Argentino.
La norma indica que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas”.
En tanto que, en el segundo párrafo del mismo artículo remarca que “será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.