A partir de los 40, el contorno de ojos debería pasar a formar parte de tu rutina personal. Debes encontrar un producto que estimule el colágeno y que a la vez tenga un efecto tensor.
La vitamina C y el ácido hialurónico son los principios más eficaces en estos casos. Si te da cierta pereza aplicarlo o no eres muy ducha en eso de repartirlo con pequeños golpecitos puedes recurrir a la tecnología. Existe un aparato llamado Iris, de Foreo, que te da un agradable masaje para que el producto penetre perfectamente y además, descongestiona los ojos. Está programado para que le dediques 30 segundos a cada ojo.
Soluciones intensivas, si el problema persiste y ninguna de la soluciones anteriores surge el efecto esperado, tendrás que recurrir a un tratamiento de cabina. Existen muchos y muy eficaces. En el caso de los párpados caídos y de las ojeras resultan efectivos tanto la mesoterapia como la radiofrecuencia. Los liftings también ayudan a levantar los párpados, así como las inyecciones de vitaminas, ácido hialurónico o bótox.
La mayoría de profesiones que implican estar frente al ordenador con los ojos fijos provocan que se fatiguen y aparecen señales como los ojos rojos o los párpados hinchados. Si notas que tu mirada no es tan luminosa como antes y que tienes la vista cansada puedes recurrir a los saquitos de manzanilla para descongestionar.