Por cada mujer cansada de actuar con debilidad aún sabiéndose fuerte, hay un hombre cansado de tener que parecer fuerte cuando se siente vulnerable.
Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, hay un hombre agobiado por la exigencia de tener que saberlo todo.
Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional” hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.
Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite, hay un hombre que se ve obligado a competir para que no se dude de su masculinidad.
Por cada mujer cansada de sentirse un objeto sexual, hay un hombre preocupado por aparentar que está siempre dispuesto.
Por cada mujer que se siente atada por sus hijos, hay un hombre a quien se le ha negado el placer de la paternidad.
Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o salario satisfactorio y justo, hay un hombre que debe asumir la responsabilidad económica otro ser humano.
Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil, hay un hombre que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.
Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que descubre que el camino a la libertad se ha hecho un poco más fácil.
Esta poesía cuya autoría desconozco, expresa magistralmente la solidaridad necesaria entre varones y mujeres para construir, de una vez por todas, la sociedad que queremos.
La perspectiva de género no es una cuestión de mujeres, se trata de una mirada inclusiva, que permita igualdad de oportunidades para todos.
En el mundo hay actualmente un 50,5 % de hombres y un 49,5 % mujeres, lo que afecta a la mitad de la población, necesariamente impacta en la otra. No se trata de cambiar figuritas, se trata de advertir injusticias, de desnaturalizar desequilibrios de poder, de dar el espacio a quienes por tanto tiempo el patriarcado colocó en segundo plano.
Sólo de esta manera, cuando el 100% de la sociedad pueda dar lo mejor de sí a partir de tener igualdad de oportunidades, el desarrollo será posible.
El mayor desafío sea quizás, tomar la fuerza del dolor por el maltrato e injusticias que esta sociedad patriarcal dispensa, y construir con compasión, para no caer en mas de lo mismo.
Avancemos juntos en esta construcción para fortalecer nuestra convivencia por encima de las lógicas patriarcales y sus mandatos. No se trata de mujeres vs. varones, se trata de ir todos juntos en pos de una sociedad mas igualitaria, justa y equitativa.