Comerciantes y empleados de la vecina ciudad de Encarnación, en Paraguay, llevaron adelante en la jornada de hoy una marcha por distintas calles y avenidas de la ciudad, a modo de reclamo y pedido, con el agregado de montar una vigilia frente al puente internacional San Roque de Santa Cruz, a la espera de que los senadores paraguayos aprueben una ley de subsidio para el sector.
Dicho subsidio ya cuenta media sanción en la Cámara de Diputados, uno de los ítems del proyecto preveé 3 millones de guaraníes para los comerciantes y 500 mil para los empleados, en ambos casos el monto sería por tres meses.
La presidente de la Asociación de Empleados de Comercios de Itapúa, Irene Fernández, habló sobre este tema y dijo que “Este es un paliativo ante la crisis, necesitamos que desde el gobierno se encaren políticas públicas que ayuden a redireccionar a la economía en este punto del país, No podemos vivir pendientes de los turistas argentinos”.
A lo que añadió: “Lo que está ocurriendo es una prueba muy clara, desde que se cerró el puente el comercio de la ciudad está prácticamente muerto”.
Vale decir que el subsidio exigido debería cubrir a unos 750 comercios formales, los cuáles están debidamente registrados y a unos 1500 empleados de comercio que perdieron total o parcialmente su fuente de trabajo.
A ellos se le debe agregar unos 2200 trabajadores “informales de frontera”: paseros, mototaxis, vendedores ambulantes, taxi-flet y paseros, entre otros.
Contexto
Vale recordar que desde la inauguración del puente Posadas-Encarnación en 1990, la vecina ciudad paraguaya tuvo un crecimiento exponencial de la mano de la economía argentina, en especial de Misiones, el NEA argentino y en menor medida de otros puntos del país e inclusive del Brasil, ya que en más de 30 años la diferencia cambiaria casi siempre estuvo a favor del comercio instalado del otro lado del río Paraná.
Sin embargo, esta interminable época “dorada y de bonanza” en Encarnación de la mano de comercio informal y en menor medida formal opacó y dejó de lado nuevas fuentes de trabajo en la ciudad, el campo o la instalación de fabricas que no tengan que ver con el comercio textil, electrónico, bazar o de calzados.
Al vivir casi al ciento por ciento del aporte de la economía argentina que a diario alimentaba al comercio de la vecina orilla, al cerrarse el paso internacional con la llegada de una imprevista pandemia mundial hizo que el negocio cayera en forma estrepitosa y generara un inusitado colapso económico.
Fuente y Fotos: abc.com.py