
Hay mucho malestar en los distintos barrios donde funciona el Sistema Integrado de Transporte Urbano Misionero por el recorte en las frecuencias. Es que usuarios de Garupá, Candelaria y Miguel Lanús se quejan porque deben esperar hasta una hora por un micro.
La preocupación, a su vez, es grande en medio del crecimiento del números de casos de coronavirus, debido a la aglomeración de pasajeros que se obrserva en las distintas paradas y terminales de transferencias, donde según advierten “vienen fallando los protocolos”.
Al respecto, el presidente del Movimiento Acción Vecinal, Luis Gilardoni, habló en la 89.3 FM Santa María de las Misiones y expresó que “arrancamos el año igual como terminamos el pasado, con frecuencia reducida, pocos controles y pocas unidades”.
En este sentido, alertó que “el protocolo viene fallando en la transferencia y en las distintas paradas que tenemos en el centro, como las que están frente la Escuela Nº1 y a la Municipalidad por calle Rivadavia. Ves la cantidad de gente amontonada justamente por la falta de frecuencias y organización que desde Acción Vecinal venimos reclamando desde que comenzó la pandemia”, señaló.
Manifestó que “no costaba nada hacer una demarcación en las veredas con las distintas líneas, haciendo las marcas como en otros lugares donde tenés un metro de distancia”.
“Nosotros presentamos el pedido el año pasado y jamás fue tenido en cuenta, entonces la gente sigue amontonada”, remarcó.
A todo esto, Gilardoni sostuvo que desde el grupo que preside se presentó un pedido para que se separen las filas de espera para cada línea de transporte en las paradas, con el objetivo de “ordenar y hacer respetar”. “Ahora no hay clases, aunque antes veíamos que atropellaban a la gente, incluso a las embarazadas”, apuntó.
Menos unidades
Con respecto a las frecuencias de colectivos en los barrios, el titular de Acción Vecinal observó que “prácticamente durante todo el año, por el tema de la pandemia, fueron reducidas”.
“Al no tener un aumento de boleto como quería la empresa, tampoco priorizaron mantener mínimamente las frecuencias del reglamento, donde dice que tiene que haber una unidad cada 20 minutos, y esto no ocurre”, agregó.
Asimismo, Gilardoni dijo que “el transporte está fallando por muchos lados. Es el único lugar donde estamos viajando amontonados y es un peligro. Se dice que se va a volver atrás en las fases, pero los colectivos siguen viajando llenos y en eso no hay un control, ni municipal ni del Gobierno. Creo que ahí nos estamos poniendo en peligro los que viajamos todos los días”, adujo.
Señaló que “los barrios más alejados son los que menos frecuencia tienen, ya sean de Candelaria, Garupá o Miguel Lanús”.
“De Miguel Lanús al Hospital tenemos una hora de espera, es una barbaridad. Son decisiones arbitrarias de parte de la empresa, apañadas o encubiertas por un Municipio o un Gobierno que no controla. No hay mucho que mejorar hasta que no haya una decisión política real”, opinó.
Una situación similar viven quienes utilizan el servicio en el barrio Santa Inés de Garupá, donde desde este fin de semana cuenta con un servicio menos, lo cual genera inconvenientes para los usuarios y trabajadores.
“El año pasado fue más parejo por el tema de la pandemia, pero cuando empieza diciembre arranca el quite de frecuencias. Recién cuando comiencen las épocas de clases volveremos a la normalidad”, consideró Gilardoni.