A las 2.30 de ayer una llamada anónima alertó a los uniformados de Ituzaingó. Apenas diez minutos después irrumpió la policía en el barrio privado “Rincón Santa María”, donde desbarataron una fiesta clandestina con más de 60 participantes.
Lo llamativo es que la gran mayoría de los asistentes al evento ilegal, que se desarrollaba en el citado country, eran oriundos de Misiones.
Por orden del fiscal de Instrucción en turno de esa ciudad, Eugenio Balbastro, los involucrados fueron demorados y se procedió a incautar medios de transporte que estaban utilizando.
Es que en algunos casos la música a alto volumen provenía de los equipos de audio de algunos automóviles.
Los sospechosos fueron enviados a la comisaría Segunda, por jurisdicción, para ser identificados y notificados de una causa judicial por el incumplimiento de las medidas sanitarias y de aislamiento vigentes respecto a la pandemia de coronavirus.
En una vivienda y en la avenida
Los uniformados que intervinieron, además de la jurisdiccional y Primera y Tercera de Ituzaingó que acudieron en apoyo, informaron que la fiesta organizada de manera clandestina, con gran concurrencia de personas, se llevaba a cabo en una vivienda cercana a la bajada de lanchas y en medio de una avenida del Rincón Santa María. El lugar está ubicado a unos nueve kilómetros del casco urbano de esa ciudad.
Fuentes del caso señalaron que al llegar los patrulleros los involucrados escuchaban música a alto volumen y sin distanciamiento social, violentando claramente las disposiciones sanitarias vigentes. Los efectivos además secuestraron dos camionetas, un automóvil y un cuadriciclo.
Los voceros confiaron que entre los demorados había personas oriundas de Posadas, Apóstoles y Oberá, además de los locales y un grupo de Paso de los Libres.
Este episodio se registró apenas días después de que se viralizaran videos y fotos de una multitud de jóvenes que se concentró en el parador La Marcelina de Ituzaingó para recibir el año sin ningún tipo de prevención, sin distanciamiento social ni barbijo.
Incluso el director del hospital local Ricardo Billinghurst, Félix Piriz, tal como publicó ayer PRIMERA EDICIÓN, se pronunció al respecto en sus redes sociales y condenó la concentración: “Dios no quiera que después de 7 a 10 días más o menos de este lamentablemente evento tengamos nuevamente un rebrote importante de casos positivos con alguna tragedia que se pudo haber evitado… no debiendo después buscar culpables en el sistema de Salud Pública cuándo éste no pueda dar respuesta ante las consecuencias de este bochornoso hecho”, escribió el facultativo.