Parece poco, pero tres centímetros significan varios años de entrenamiento para un atleta de salto en alto. Por eso, la marca que consiguió ayer Gastón Benítez (18) en el 100º Nacional de Mayores de Rosario no es poca cosa: el obereño conquistó sus propios límites y alcanzó 2.05 metros, que además le sirvieron para colgarse la medalla de bronce.
“Se puede decir que la misión está cumplida. Ahora a festejar con un permitido, una hamburguesa o una pizza”, le dijo ayer a EL DEPORTIVO el atleta de la Capital del Monte, apenas finalizada la prueba en el Estadio Municipal Jorge Newbery de Rosario.
Benítez, referente en la provincia de la especialidad, saltó a escena alrededor de las 18 de ayer, tras conseguir la clasificación en el registro de prueba que la Federación Misionera de Atletismo (FeMA) desarrolló semanas atrás en la pista del CePARD, en Posadas.
El registro de preclasificación del misionero era de 2.02 metros, que saltó en los Juegos Evita 2019. Y fue de menor a mayor: ayer arrancó en los 1.80 y llegó hasta los 2 metros sin tirar la varilla.
Entonces llegó el suspenso. Con la vara en los 2.05, Gastón no pudo las dos primeras veces. Pero la tercera siempre es la vencida. En el último intento, el misionero se elevó por el aire rosarino y conquistó la que ahora es su mejor marca.
“Los 2.02 metros los había hecho en los Evita del año pasado. Eso fue hace poco más de un año. Hace un buen tiempo que estaba esperando para superar esa marca, pero entre la pandemia y el parate, todo se complicó”, sintetizó Benítez, que además logró su primer podio en su primer Nacional de Mayores oficial.
“Ya había participado antes pero como invitado, esta fue la primera vez que logré estar por clasificación”, explicó.
“Misión cumplida”, anticipó Gastón apenas finalizada la prueba, en referencia a los objetivos que se había planteado para un 2020 que, pandemia mediante, resultó fallido. No obstante, el fin de año le trajo sorpresas. Y ahora, a pensar en 2021.
“Para el año próximo, la idea es clasificar al Sudamericano, que aún no tiene fecha ni sede, vamos a intentarlo”, sintetizó el atleta que vivía en el CeNARD de Buenos Aires hasta que estalló el virus.
Respecto al podio, Benítez se quedó entonces con el bronce y estuvo cerca de alcanzar los 2.10 metros, a los que sí llegó el porteño Tomás Ferrari, quien se quedó con la plata. El oro, en tanto, fue para el correntino Carlos Layoy, ahora bicampeón argentino y quien saltó 2.16 pero estuvo lejos de su mejor marca, que es de 2.25 metros. Para Gastón, el solo hecho de volver a competir ya fue un triunfo.
Lo mismo para Abril Caso (19), otra de las promesas juveniles del atletismo misionero, quien el sábado participó en la final de lanzamiento de jabalina y se quedó con la cuarta posición.