Un centenar de autoconvocados -vecinos, taxistas y trabajadores del turismo, entre otros- marchó ayer al mediodía hasta la cabecera del puente Tancredo Neves que une Puerto Iguazú con la brasileña Foz, para pedir la apertura del viaducto internacional en busca de una reactivación económica de la ciudad. Un pedido al que desde la Provincia volvieron a bajarle el pulgar en las últimas horas.
El grupo partió con carteles y banderas argentinas desde la avenida Victoria Aguirre y Córdoba rumbo a la ruta 12. Pasado el mediodía llegó a la cabecera del puente y fue frenado por un retén de Gendarmería Nacional antes de llegar al sector de casillas migratorias. No obstante los manifestantes -de forma pacífica- permanecieron un tiempo en el lugar y entregaron un petitorio a las autoridades presentes en la zona aduanera. Luego se reunieron en asamblea y decidieron un bloqueo del escaso tránsito de camiones que todavía se mueve por el lugar.
Los manifestantes dejaron en claro que ponen a consideración de las autoridades el estudio del pedido, que para ellos representaría una forma de reiniciar actividades en la temporada de verano.
En este contexto, el Comité de Crisis municipal dejó el tema en manos del Consejo de Desarrollo Económico y Social de Puerto Iguazú (CoDESPI) para que se arme una propuesta concreta y lógica que se presente al Gobierno provincial, aunque al mismo tiempo se comprometió a aportar ideas para “construir juntos” un proyecto “que beneficie a todos”, según explicó el medio local La Voz de Cataratas.
Pulgar abajo
El lunes por la noche, horas antes de que se desarrollara la protesta en Iguazú, el gobernador Oscar Herrera Ahuad había reiterado a través de Canal 12 que “las condiciones sanitarias hoy no están dadas: en Foz de Iguazú son de un alto índice de contagio e Iguazú es hoy la localidad de la provincia que mayor trazabilidad tiene y mayor cantidad de contagios está reportando. La apertura del puente puede generar sí un beneficio económico, que se va dar, siempre y cuando la población esté sana”, justificó.
Planteó que “con los casos que tuvimos en Iguazú hubo que cerrar comisarías, bancos, supermercados, restaurantes… Si tenemos un brote, superando los números de casos que tenemos ahora, no va a haber nadie para vender nada, eso es lo que tenemos que cuidar y la gente tiene que entender”.
“Estamos a unos 35 o 40 días de tener la posibilidad de vacunar a nuestra población, entonces entraríamos en un margen de seguridad que permitiría llevar adelante estas cuestiones”, adelantó.