Ofrece cabañas para cuatro, cinco y seis personas, totalmente equipadas con cocina, vajilla completa, habitaciones con aire, ropa blanca y de cama, LCD, parrilla privada y otras comodidades para mantener al huésped alejado de todo contacto en tiempos de pandemia.
En caso que el servicio incluya desayuno, se sirve dentro de la cabaña, a fin de que el turista pueda disfrutar al máximo de su estadía.
Apenas recibieron la habilitación del Ministerio de Turismo de Misiones, se pusieron a trabajar en la recepción “y lo venimos haciendo muy bien, gracias a Dios, pero solamente durante los fines de semana, que es lo permitido, mientras esperamos que se habilite el turismo nacional”, confió Ezequiel Rito, propietario de este espacio, vigente desde hace ocho años.
El predio se encuentra a tres kilómetros de centro de Puerto Iguazú, y las cabañas tienen vista al río Paraná. Al llegar allí, los visitantes podrán disfrutar de un lugar tranquilo, rodeado de abundante vegetación, y apreciar la selva nativa del hermano país de Paraguay.
Por séptimo año consecutivo el establecimiento recibió el Certificado de Excelencia y el Travellers Choice, de América del Sur, como mejor cabaña familiar. Su dueño está feliz por eso, y se esmera para que estos valiosos reconocimientos continúen contribuyendo al prestigio de la casa.
Rito sostuvo que su emprendimiento es ideal “para descansar, para los que quieran alejarse un poco de la ciudad”.
A modo de anécdota refirió que el primer fin de semana que “habilitamos llegó una pareja a la que le di la bienvenida y agradecí por venir porque fueron los primeros clientes en hospedarse después de cinco meses de estar cerrado al público. Me contestaron: somos nosotros los que estuvimos cinco meses dentro de un departamentito y necesitábamos de la naturaleza, el descanso, salir de la rutina”.
Como para todo el mundo, para quienes componen el equipo de Cabañas Costa del Sol Iguazú “fue terrible” permanecer cinco meses inactivos, pero lo hicieron para proteger la salud de los suyos y de los huéspedes, y para aprovechar el tiempo y canalizar emociones, “se dedicaron a realizar tareas de mantenimiento, a mejorar algunas cosas. Es que veníamos trabajando muy bien con el turismo nacional y extranjero y había cuestiones que se iban dejando. Ahora estuvimos aprovechando para apuntalar las instalaciones, además de capacitarnos acerca del protocolo, esperando con ansias el día de la apertura. Gracias a Dios ya se habilitó en la provincia, ahora resta la apertura nacional”.
Lo importante es que el visitante efectúe la reserva con tiempo porque existe mucha demanda.