De niño Maximiliano Jara se pasaba las horas practicando peinados “con las muñecas de sus primas y torturando a mi hermana y amigas con peinados que se me ocurrían”.
El pequeño Max Jara soñaba con ser un reconocido peluquero, pero lo que no imaginó es que ese sueño se haría realidad y que peinaría a las más grandes estrellas del país, viajaría por distintas partes del mundo y además, trabajaría para importantes programas televisivos.
“Yo sentí gran atracción por la peluquería y el maquillaje desde niño. Pienso que eso que te sale con naturalidad y lo descubrís jugando, es lo que serás de grande: tu vocación”.
Max, tal como le gusta que le digan, nació el 8 de enero de 1987 en Posadas. Es el mayor de tres hermanos.
Sus primeros años de vida los pasó en San Ignacio. “Allí papá y mamá gerenciaban, en ese entonces, la hostería y recibían a turistas de todas partes del mundo que venían a visitar Las Ruinas. Durante años se dedicaron a la gastronomía ya que tenían un servicio de lunch y viandas”.
Al ser el mayor, “ayudaba a mis padres cuidando a mis hermanos y también entregaba las viandas. Desde niño me enseñaron el valor del trabajo para lograr mis metas”.
Con 12 años peinaba y maquillaba para las fiestas de 15 años y recepciones: “Así me ganaba mis primeros pagos”.
Con el tiempo encontró afinidad por la moda y creaba a mano prendas; “desde polleras hasta vestidos de alta costura”. Inquieto, repleto de ideas y con muchas ganas por aprender, con 16 años tuvo su primera oportunidad profesional en la peluquería de Nidia Ciciolli y de Jorge Wells. “Me permitieron ser su asistente. Nidia me contaba sus más valiosos secretos de peluquería que hasta hoy tengo en cuenta. Con Jorge peinaba para los desfiles. Son experiencias que llevo en mi corazón”.
En 2005 llegó una oportunidad que no dejó pasar: “La convocatoria de la producción de Showmatch para elegir a las misioneras más lindas y viajar a Buenos Aires. Mis amigas fueron elegidas y me invitaron a viajar con ellas”.
Ya en Capital Federal, “nos alojamos junto a otra docena de chicas de todo el país. Nos levantábamos temprano para que las produzca y lleguen a los ensayos divinas. Eso llamó la atención de los productores; las chicas siempre estaban radiantes y me invitaron a trabajar con ellos”.
En octubre de 2005, Max se mudó a Buenos Aires donde inició su vida profesional. “Comencé hacer mis colaboraciones para el primer Patinando por un Sueño”.
Tiempo después, el peluquero Víctor Rubenoff “me invitó a trabajar a su salón Boutique del barrio de Palermo. Allí se me confiaron mis primeras notas donde peinaba a modelos, actrices y celebridades”.
En 2013 se mudó a Río de Janeiro, por un año trabajó en un salón de la firma Davines International, una línea cosmética naturista, en Barra de Tijuca donde realizó su primer Fashion Week.
De nuevo en el país, fue invitado a formar parte del staff del peluquero Juanma Cativa, dueño de “Mala Peluquería”. Allí se convirtió en el peluquero de distintas celebrity’s como “China” Suárez, Mariana “Lali” Espósito, Valentina Zenere, Catherine Fulop, entre otras.
En esos años comenzó a incursionar en el teatro y eventos de grandes magnitudes como festivales de música electrónica y discotecas donde formó parte de los equipos artísticos y producía a bailarinas, modelos, go-go dancing y cantantes. Esto lo llevó a conocer otros países como Uruguay, España e Italia.
En 2015 viajó a Ibiza para trabajar como peinador en las mejores discotecas de la isla. “Tuve el placer de compartir camarines con Paris Hilton, que es Dj en la fiesta que lleva su nombre y Naomi Campbelt”, contó entre sus anécdotas.
Luego de esto volvió a Buenos Aires y dio “rienda a una nueva etapa en mi vida: armé junto a una amiga una Productora ‘Luxury Art Company’ donde creamos entretenimiento y contenido artístico”.
Cada verano, desde hace cuatro años, se instala en Punta del Este para trabajar como productor artístico en el hotel y Casino Conrad.
Hoy tiene su propio estudio en el Barrio de Cañitas, “un espacio con mucho de mí, de Misiones y arte. Todo lo que soy se conjugan en mi estudio: Blood Studio”.