El programa Cine Joven Comunitario, organizado por el Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAviM), continúa con la propuesta de construcción audiovisual colectiva para jóvenes, a través de vías digitales de comunicación.
En este contexto de pandemia, el reto de los talleristas pasa por adaptar las estrategias pedagógicas y sostener el espíritu del programa: invitar a pensar y filmar un cortometraje de tres minutos entre los participantes, con la salvedad de que esta vez el aporte será de manera virtual, desde los hogares, para cumplir con las medidas de prevención vigentes.
Los talleres online, dirigidos a jóvenes entre 13 y 21 años, se desarrollan de manera gratuita en Posadas (Matías Falconi), Garuhapé (Verónica Miche), Capioví (Matías Morawicki), Puerto Rico (Rocío Kopp), Eldorado (Matías Stork), San Pedro (Yanina Galeano), Apóstoles (Darío Suárez) y Puerto Esperanza (Iñaki Echeberria).
En estos casos se continúa con los grupos con los que se venía trabajando en ediciones pasadas y se abre la convocatoria a otros jóvenes que deseen participar (cupo máximo de 25 integrantes).
El área de Producción Comunitaria del IAAviM, a cargo de Verónica Fulquet y con la asistencia de Gabriela Sanabria, coordina el programa y mantiene una comunicación permanente con los talleristas. En este marco, se desarrolló un primer encuentro virtual de presentación de los ejes y líneas de trabajo, entendiendo que se trata de una edición experimental de construcción colectiva, tanto para los talleristas como para los participantes.
La propuesta de trabajo abarca el análisis de temas como la convivencia, empatía y solidaridad, así como el diálogo con los jóvenes acerca de las medidas higiénicas-sanitarias de prevención, qué hacer en casa durante la cuarentena y, fundamentalmente, conocer cómo se sienten en este contexto. “Es importante mantener la conexión emocional, preguntarles qué les pasó en este tiempo e invitarlos a registrar esas emociones -aburrimiento, temor, humor, etc.-”, comenta al respecto el cineasta Iñaki Echeberria. En cuanto a las plataformas para comunicarse con los jóvenes, los talleristas coincidieron en que WhatsApp resultó ser la vía más efectiva para trabajar, ya que muchos no cuentan con banda ancha en sus hogares.
Asimismo, los educadores señalaron que algunos chicos se animan a participar más a través de la tradicional App y que también permitió integrar en un mismo taller online a jóvenes de diferentes barrios o localidades.