Garantizar calidad y superar los desafíos que imponen los nuevos tiempos son dos premisas permanentes en el sector industrial yerbatero para posicionarse entre los consumidores. A tono con ello, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) viene trabajando con distintas líneas en apoyo a esos objetivos.
Buenas Prácticas de Manufactura para optimizar la elaboración del producto, el Sello de Indicación Geográfica que otorga identidad y estudios científicos que validan excelentes beneficios para la salud, son algunas de las acciones que el INYM implementó en sus 18 años de existencia en apoyo a los molinos yerbateros.
“La mejor manera de mantenerse en el mercado es asegurando calidad”, dijo sin dudar Pedro “Pepe” Stepañuk, de Molinos La Misión, de Oberá, que elabora la marca Mate Rojo. Por ese motivo, esta empresa familiar incursionó en el programa de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) que el INYM pone a disposición de los secaderos y molinos.
“La tecnología hace que los hábitos de consumo deriven hacia otros formatos, y esa es una tarea constante de innovación y de ingenio de cada organización para atraer a nuevos materos”, hizo notar por su parte Héctor Chemes, director de Sociedad Argentina de Nuevos Emprendimientos SA (SANESA), la primera firma en obtener el Sello de Indicación Geográfica (IG), que también impulsa el INYM.
“Investigación y desarrollo son aspectos fundamentales porque el mercado está ávido de productos naturales y que aporten propiedades funcionales a la salud”, agregó Chemes, ponderando otra de las líneas de trabajo del INYM.
En 18 años de vigencia, las acciones del INYM para asegurar la calidad y posicionar la yerba mate, se evidencian desde los cultivos hasta el envasado del producto, con programas que optimizan los procesos de producción y elaboración, en concordancia a las exigencias del mercado nacional e internacional.
Puntualmente focalizadas en el último eslabón yerbatero, además del Sello IG y de las BPM, cabe citar también la incorporación al Código Alimentario Argentino de criterios microbiológicos para el análisis de la yerba mate elaborada y el financiamiento a investigaciones científicas sobre las propiedades del alimento, desarrolladas en forma conjunta con el CONICET y Universidades del país.
Así, cada paquete de yerba mate que llega a las manos de los consumidores contiene mucho más que el producto en sí; es el resultado de un trabajo en cadena y donde el proceso tiene como uno de sus ejes principales la maximización de la calidad.
Como bien lo resumió Héctor Chemes al explicar de qué manera en 28 años de existencia SANESA fue adaptándose a las nuevas exigencias y sumando consumidores. “Siempre pensando en dar un buen producto, hemos mejorado los procesos de molienda y estacionamiento; otra tarea fue incorporar nuevas opciones de consumo, como yerba mate despalada, orgánica y saborizadas en paquetes tradicionales y en saquitos, y además del sello IG, logramos la certificación FSC 22000 de inocuidad alimentaria “, dijo.
“Tenemos –continuó- un sistema de control de calidad en el cual se da respuesta a los planteos que hacen los consumidores, ya que SANESA envasa sus propias marcas y también las marcas de terceros”.
Las primeras tres marcas en llevar el sello IG impulsado por el INYM fueron las envasadas por SANESA: Natura, Urrutia y Costa Norte. “El IG es una herramienta muy buena porque hoy al consumidor le interesa saber cuál es la historia del producto, cómo se hace, qué beneficios aporta, cuál es la realidad de la comunidad donde se obtiene, y esto que ha lanzado el INYM es más que positivo”, evaluó.
A tono con esa línea, cabe destacar la experiencia de Molinos La Misión, el primero en recibir la certificación en BPM en el marco del programa que impulsa INYM.
“En este logro tiene mucho que ver el INYM”, afirmó Stepañuk, la cara visible de esta empresa obereña. “Uno viene escuchando sobre Buenas Prácticas, pero sin tener una idea muy clara y ahí aparece el Instituto acercando esa posibilidad, y eso es muy valioso porque el mundo va hacia eso, va hacia una producción auditada y controlada, y la mejor manera de mantenerse en el mercado es cuidando y asegurando la calidad del producto”, agregó.
Es un ida y vuelta
INYM pone a disposición la herramienta, y la empresa la asume porque es concordante con su línea de trabajo. Molinos La Misión mantiene intacta la impronta de superación que supieron cultivar sus fundadores, los abuelos inmigrantes ucranianos, quienes iniciaron la industrialización de la yerba con un secadero barbacuá y luego no dudaron en incursionar en el envasado, siempre con la mirada puesta en mejorar la calidad.
Esta firma ya había obtenido la certificación en BPM en su secadero, y en el 2019 decidió extenderlo también al molino. “Nosotros tenemos como norte asegurar la calidad del producto y la certificación lo que hace es legalizar eso ante la sociedad y los consumidores”, señaló Stepañuk.
La materia prima que utilizan proviene de mil hectáreas cultivadas de yerba mate propia ubicadas en la zona centro de Misiones, con las que elaboran y destinan unos 150 mil kilos mensuales del producto en el Nordeste argentino. “Decidimos mantenernos en esas cifras y cuidad la calidad”, enfatizó una vez más.
Validado por la ciencia
Son más de 50 las investigaciones científicas y técnicas que el INYM financia desde el 2007 para aportar mejoras al sector, y entre las vinculadas directamente con el efecto funcional del producto en la salud, quizás la más conocida es la que determinó que la yerba mate posee una alta concentración de polifenoles, lo que le otorga poder antioxidante y mejora las defensas naturales del organismo; un hecho validado por el científico Luis Brumovsky, de la Universidad Nacional de Misiones.
Otro de los trabajos destacados es el que evidenció que la incorporación de yerba mate a la dieta en forma diaria contribuye a fortalecer la densidad mineral ósea, tal como lo indicó el autor de ese estudio, el doctor Lucas Brun, de la Universidad Nacional de Rosario. El consumo de yerba mate también ayuda a reducir el colesterol malo y los triglicéridos en humanos, de acuerdo a otra investigación liderada por científicos de la Universidad Juan Agustín Maza, de Mendoza.
Asimismo, el INYM impulsó estudios sobre aspectos que influyen en la calidad de la yerba mate, como el denominado “Modificación del color y sabor de la yerba durante el estacionamiento”, y “Determinación de contenido de palo de la yerba mate elaborada con palo, mediante análisis de imagen”.
Con el objetivo de facilitar el acceso a estos conocimientos, el INYM creó la Base de Datos Documental Bibliográfica sobre Yerba Mate y Salud que reúne 224 publicaciones, y cada dos años organiza la Jornada de Yerba Mate y Salud en distintos lugares de la Argentina, abierta a todo público.
Las BPM en molinería
Las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) garantizan que la yerba mate se obtiene optimizando los procesos de elaboración y la seguridad del personal. Por eso, con la mirada puesta en satisfacer la demanda de los consumidores, el INYM pone a disposición del sector yerbatero la posibilidad de realizar sin costo la auditoría y la certificación que otorga el Instituto Argentino de Normalización y Certificación IRAM. Esto, tanto para secaderos como para molinos y fraccionadores.
Yerba con IG en las góndolas
El sello de Indicación Geográfica “Yerba Mate Argentina” fue impulsado por el INYM y en marzo del 2016, mediante la Resolución 13/2016, la Secretaría de Agregado de Valor del Gobierno de la Nación aprobó los protocolos y el isologotipo, con lo cual el producto pasó a integrar el exclusivo lote de alimentos argentinos que poseen este tipo de reconocimiento.
Hasta la fecha son 9 empresas con 14 marcas y 6 formatos diferentes (envases de distintos volúmenes: de ½, ¼, 1 kg, 2 kg, 10 kg y 50 kg) las que posicionan el producto yerba mate con el sello IG, con beneficios para los consumidores porque les permite conocer más sobre el producto y para los establecimientos comerciales que reciben reintegro a las exportaciones.
De esta manera, se distingue la calidad del producto con el origen geográfico. Dicho de otro modo, se lo vincula con las características propias de la zona productora (aspectos productivos, sociales, históricos y culturales), que en este caso integran las provincias de Misiones y Corrientes, lo que le confiere identidad.
Quiere decir que cada paquete de yerba mate que lleva este reconocimiento es sinónimo de alimento sano y natural obtenido en una región con factores naturales y humanos singulares, y con un legado histórico cultural. La inscripción para gestionar el sello IG y otros programas del INYM puede realizarse a través del mail: [email protected] o por teléfono llamando al número 0376 4425273, interno 109 (área Técnica del INYM).