La planta de reciclaje y la educación que se debía impartir para clasificar los residuos en la ciudad comenzó a forjarse casi a fines de los 80’ cuando Edgardo Daniel Vera empezó a asomar en el municipio. El proyecto fue sin dudas innovador. Y ahora, con el paso del tiempo, el exintendente asegura que “fue todo un proceso”.
El estudio de la ciudad por parte de su grupo de tareas, vino aparejado a la de especialistas de Buenos Aires, y a la par, con distintas etapas fundamentales, como lo fue la educación en los jardines de infantes. Sobre ese tema, contó de fondo, el exjefe comunal que ve con satisfacción la evolución del municipio que se identifica con la Ciudad de las Flores.
Dedicado actualmente a las tareas agrarias charló en exclusiva con Ko´ape. “Amo a Apóstoles y no la cambio por nada. Peleo para que todo sea más lindo, el tiempo me da la razón porque entre todas las ciudades, se sigue destacando. Voy a otros lugares pero Apóstoles se destaca. Desde que cruzo el arroyo Chimiray, si vengo de Corrientes, o de cualquier lugar, se siente el cambio a comparación a otros sitios”, manifestó orgulloso, quien nació en Rosario, Santa Fe, el 20 de marzo de 1953, y en 1960 llegó a Apóstoles junto a sus padres.
Contó que la última materia que rindió durante el cursado en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), en Corrientes, se denominaba Patología comparada y Salud Pública o Zoonosis.
“Esa materia hace la relación de las enfermedades transmisibles de los animales al hombre y del hombre a los animales. Y en una parte, hablaba un poco de los residuos, del relleno sanitario, de algo que para nosotros era muy elevado. Era la época de la quema o se tiraba en los campos, que eran extensos”, describió.
Cuando se recibió de médico veterinario empezó a trabajar en la Dirección de Bromatología en la Municipalidad de Apóstoles y veía el basural a cielo abierto, que en ese momento estaba en la zona de La Cantera y daba un mal aspecto a la ciudad.
En su mente siempre estaba presente el tema de los residuos, las cloacas -que siguen siendo un problema-, el agua potable y un lugar verde, que se concretó en el Parque Centenario. “Por lo general siempre veía a chiquitos y madres revolviendo la basura, en lo que llamamos cirujeo. En ese momento se comenzó a hacer un tipo de relleno en una cava grande, y se fueron viendo las posibilidades”, dijo.
De a poco, Vera fue hurgando en la temática, se fue involucrando para lograr estar al frente del municipio “de chico, siempre milité en política. Cuando tenía 32 años dije: llegó el momento, junto a un grupo de amigos. A través de los votos se fue dando, y en 1987 asumí junto a colaboradores, concejales. Siempre estaba la idea, el proyecto de ¿qué hacer con el basural?”.
Cambio considerable
En ese entonces, la recolección era privada. “Al revés de lo que se hacía en el 89, donde se privatizaban los servicios, yo buscaba estatizar. Es mi forma de pensar y soy muy abierto en los pensamientos políticos. Nosotros estatizamos ese servicio, porque más allá de lo privado siempre digo que debe existir un control que haga cumplir la salud, educación y servicios”, manifestó.
El servicio privado se efectuaba con un camión que se encontraba obsoleto, “entonces no hubo problemas de acompañamiento para llegar a la estatización”, aclaró. De a poco adquirieron una caja compactadora y fue “impactante ver que en 1988 existan dos camiones compactadores que pasen todos los días a recolectar la basura. Esto fue un proceso y la gente, al ver los distintos cambios, enseguida se convenció. Es que, de repente, apareció un servicio totalmente diferente del que se venía teniendo (estaban vestidos como corresponde, con la protección necesaria y vehículos modernos)”, explicó el exalcalde.
Pero también reconoció “la suerte que tuvimos los apostoleños de tener una ciudadanía consciente. Fue un proceso largo. Era difícil explicar a quienes no sabían del tema. Era como un sueño. A mí, que siempre me interesó el tema de residuos, de basura, fui concientizando sobre que es nuestra la basura, es la responsabilidad de cada uno, y no por el simple hecho de que pago los impuestos deben hacerlo otros”.
¿Cómo fue el proceso?
Vera sostuvo que comenzaron a hacer unos estudios a través de los amigos, arquitectos de Apóstoles y especialistas de Buenos Aires. “El arquitecto Marcelo Pedemonte vino con un grupo de estudiantes de arquitectura de la Facultad de Buenos Aires que hicieron un relevamiento de la ciudad tanto el centro como la periferia para ver qué tipos de residuos tenía Apóstoles, donde había más orgánicos o inorgánicos, relevamiento edilicio. De ellos aprendí: si querés conocer a una familia, revisá su bolsa de residuos”.
Por otra parte, hicieron una recorrida por el interior de Buenos Aires hasta llegar a Laprida, una pequeña localidad donde vieron una planta clasificadora. Allí observaron que “el reciclaje seguía siendo el mismo, pero era un ‘cirujeo’ organizado, personas bien vestidas con el correspondiente uniforme, separando los residuos de manera manual. Para eso habían educado a la población para que los clasifique”.
“A todo esto, ya comenzamos a trabajar en la escuela del barrio Santa Bárbara, con ‘Tono’ Jara, Hugo Matoht y ‘Gigi’ Bonorino, a fin de explicar a los más chicos qué es el residuo, que de eso se podía hacer abono compostado, y que, después, si le agregás lombrices californianas podes tener un premium como logró tener Apóstoles en otros períodos sucesivos. Se contó a los niños que lo inorgánico (vidrios, plásticos) se podía vender, y que los cartones, si estaban secos, se podían reciclar”. Entonces, todo comenzó desde la educación, como debe ser.
Mientras efectuaban el proceso de estudio y mientras educaban a los chicos -porque de esa base había que comenzar- fueron estudiando el tema de los fondos, que era otra cuestión fundamental. Había muchos beneficios por tener Misiones, una topografía con desniveles, por ejemplo.
Con los concejales Potoski y Olexyn, viajó a Guarani das Missões, Brasil, para ver cómo podrían adaptar aquí una fábrica de descendientes de alemanes que tenía ese sistema de recolección. Algo que fuera económico y que se pudiera trabajar mejor. Y se fue dando todo.
Tal es así que “licitamos el proyecto más avanzado con una metalúrgica local. También hicimos lo propio con la obra civil porque, si teníamos un reclamo, lo podíamos solucionar más fácilmente. Nos llevó mucho tiempo conseguir el financiamiento del Banco Mundial (BM), que en principio era un préstamo que terminó siendo un subsidio”, acotó.
Aseguró que “nadie quería firmar los avales por la planta. Podía ser asfalto, motoniveladora, cualquier cosa, menos esto (planta reciclaje). Era un proyecto difícil de hacer entender”. Finalmente, consiguieron el terreno que era de la provincia y luego se gestionó a “nombre nuestro”.
Una vez definido el espacio físico, empezaron a construir la planta con el arquitecto Dante Kraiñski y sus colaboradores: Alberto Flores, Luis Vilar y Darío Torales, además del equipo municipal que tenía puesta la camiseta de la Planta de Reciclaje. La empresa adjudicada en cuanto a infraestructura básica fue la de Barroni materiales y Juan Sansaloni en cuanto a la maquinaria que iba a mover la prensa y el resto del equipamiento, “con muy buenos resultados”.
De acuerdo a su punto de vista, “entendieron a la perfección lo que queríamos. Si va a la planta puede ver que hay una playa que tiene una elevación. Utilizando el predio de esa manera, el camión se ahorra la elevación de los residuos, los vuelca a la tolva y va directamente a la cinta clasificadora. Hay un ahorro de energía, de tiempo, de trabajo”. Para llevar a cabo la obra, hasta allí se extendió el servicio de energía eléctrica, se hizo un pozo perforado, sanitarios y una balanza.
Según Vera, el paso siguiente fue continuar con la educación en las escuelas. Fue en ese momento que el mandato llegó a su término pero aseguró que “todos los intendentes que se sucedieron, aportaron lo suyo. Este fue un proyecto que ninguno en particular lo pudo hacer en Misiones”.
El exalcalde se esmera en aclarar a los ciudadanos que Apóstoles, “tal vez, no sea una ciudad turística por excelencia pero el que la visita se asombra con el verdor, los árboles, la sombra y la limpieza. Eso es lo que debemos vender. Es una ciudad perfectamente encuadrada en bulevares. La gente se contagia de eso. Pero como en todos estos proyectos que son perfectibles, no podes saltar ninguno de los pasos: en la educación, en seguir insistiendo en la clasificación, porque me da mucha pena ver que arrojan basura en los caminos vecinales. Lo veo muy seguido. Si va a ese lugar en una camioneta, puede llevar la carga directamente a la planta”.
Para Vera, “fue emocionante” cuando se inauguró la planta porque fue difícil hacer entender, y “comprender inclusive, a la misma gente de la ideología política. Te acusan a veces de bohemio, de loquito, porque al haber tanto campo se podía tirar ahí la basura, o guardar ese dinero para un asfalto porque ‘eso va a pérdida’. Hay que entender que la planta nunca dará ganancia, pero ahora significa salud, educación, mejor vivir, ciudad más limpia, más linda, todo. Si apostás a ese futuro. Son las obras más necesarias”.
Al exintendente lo deja muy contento que se esté retomando el tema. “Apuntábamos a la educación de los más chicos. El apostoleño se fue educando, gracias a los docentes y a la tarea que se hizo en la casa. Fue un cambio total para la vida de los habitantes de esta ciudad. Es una alegría para mí, que vengo de otra provincia”, sostuvo.
Celebró que la separación de basura se está dando en muchas ciudades, inclusive en la capital misionera. “Me siento orgulloso porque estábamos hablando de esto hace 25 o 30 años, y eso es muy importante. También lo es la parte educativa y que el ciudadano comprenda que la Municipalidad no es un ente enemigo, es un ente que le está tratando de ayudar en el bienestar de su vida. Habría que premiar a quienes en días de lluvia, calor o frío, están recolectando y sacando los residuos que nosotros provocamos”, manifestó, quien recientemente visitó a la actual jefa comunal, María Eugenia Safrán, a fin de dialogar sobre el funcionamiento de la Planta de reciclaje de la ciudad, teniendo en cuenta que volverá a funcionar dentro de poco tiempo tras tareas de restauración y reacondicionamiento.
Se trató de una reunión de camaradería, donde también estuvieron presentes el presidente del cuerpo deliberativo, Alberto Poliszuk y el secretario de Tecnología, Industria y Medio Ambiente, Alfredo Rau. Los funcionarios locales evacuaron las dudas acerca del lugar que será puesto en valor y además recibieron consejos del exmandatario comunal que realizó un intenso trabajo para que esta localidad del Sur de Misiones cuente con el emblemático sector de tratamiento de residuos. El mecanismo de la planta es el mismo, pero se modernizó con la tecnología, y las formas manuales ahora son digitales.
Devenido, nuevamente, en agricultor y veterinario, entiende que las etapas y los ciclos se cumplen. “Siempre se puede hacer algo después de la política. Los jóvenes me pasaron por arriba, es otro momento y hay que dejarlo, se puede estar asesorando cuando te lo requieren. Pero cuando querés tanto a tu ciudad, tenes que compartir ideas, en este caso por algo que hicimos hace 25 años. Estoy siempre predispuesto”, aunque “hoy es todo digital, muy distinta a la época en que me críe”, aseguró.