Se acerca julio y el aviso de los Gobiernos provincial y nacional son que, en agosto, se reiniciaría el ciclo lectivo tras la interrupción de clases presenciales por la pandemia de COVID-19.
Para ello, a nivel nacional, comenzaron las reuniones conjuntas entre Educación y Salud para iniciar un proceso que garantice las medidas sanitarias indispensables para dar la seguridad que padres, docentes y alumnos exigen para volver a las aulas.
Sin vacuna a la vista para esa fecha, sin un medicamento efectivo y directo contra este coronavirus que se llevó casi medio millón de vidas en muy pocos meses. Y cuyo final es aún muy incierto.
En recientes declaraciones a la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, el presidente del Consejo General de Educación, Juan Alberto Galarza, admitió que poner en marcha las medidas sanitarias en los establecimientos educativos de Misiones significará una gran inversión en cabinas sanitizantes, alfombras antibacteriales, papel y toallas higiénicas, jabón, alcohol en gel, entre otros elementos.
Son elementos básicos que servirán para devolver a la comunidad educativa misionera la confianza de regresar a las aulas. “Debemos llevar tranquilidad a la comunidad educativa y a las familias con protocolos robustos y acabados para el regreso a las aulas, protocolos que se nutren del trabajo conjunto y de las recomendaciones de los expertos en todas las áreas que nos ocupan.
Este proceso también demanda consensos entre todos los actores del sistema y para ello es fundamental la coordinación entre la escuela y los centros de salud, la capacitación y la información transparente”, aseguró ayer el ministro nacional Nicolás Trotta.
Lamentablemente, quedan pocos días para avanzar y mostrar anticipadamente esa “tranquilidad”, porque sino se acentuará el ausentismo, ya que muchos padres preferirán preservar la salud de los hijos. Y, consecuentemente, los perjudicados volverán a ser lo niños.