El jueves 19 de marzo, el misionero Kike San Martín y su familia debían arribar a Argentina. La idea era pasar las vacaciones en casa de los padres del fotógrafo, en la capital misionera. Sin embargo, decidieron cancelar el viaje y permanecer en su vivienda en Miami, donde residen desde hace 25 años.
“Habíamos comprado los pasajes pero le dije a mi esposa: ‘Las cosas no están bien y solo van a empeorar’. Sinceramente, teníamos miedo de contagiarnos por el camino y que nos pongan en cuarentena en São Paulo, por ejemplo”, explicó San Martín a PRIMERA EDICIÓN.
Ante el temor, la familia se aisló completamente el 12 de marzo y desde ese día “estamos en cuarentena por nuestra propia voluntad. No salimos, sólo cuando es necesario voy al supermercado”.
Aislamiento no obligatorio
Kike es oriundo de Posadas. A principios de los años ’90 trabajó como fotógrafo en PRIMERA EDICIÓN y poco después, decidió mudarse a los Estados Unidos, de donde es oriunda su esposa. Actualmente lleva 25 años en Florida (Miami), es padre de dos adolescentes y sus producciones lo llevaron a ubicarse entre los mejores fotógrafos, logrando importantes trabajos para artistas, cantantes y famosos.
San Martín explicó que el sur de Florida es una zona turística y “en esta época del año los muchachos de todo el país vienen de vacaciones, con fiestas en la playa y mucha gente por todos lados. Durante el año se preparan para pasar las vacaciones”.
Cuando se alertó sobre la pandemia en Miami, se pidió el aislamiento social no obligatorio. “Por supuesto que los jóvenes no quisieron suspender sus viajes, vinieron igual y eso significó un problema, tanta gente junta no es recomendable. La policía tuvo problemas para controlar todo eso. Después, cerraron las playas y restaurantes pero los jóvenes no se iban”.
En Florida hay oficializados más de 11.500 casos y casi 200 muertes, pero para San Martín “nunca se sabe cuántos infectados hay, porque una persona sin síntomas pasa contagiando y cuando por fin se le hace el test, a ese caso hay que sumar otros cuatro más”, calculó.
Finalmente, el miércoles pasado el gobernador de Florida, Ron DeSantis, decretó la cuarentena obligatoria, ya que decía que esperaba la orden del presidente Donald Trump, su referente político, para tomar ese paso que finalmente sucedió con demora. “Sinceramente creo que la medida se tomó muy tarde”, lamentó el misionero.
Planes frustrados
El jueves 19 de marzo, Kike y su familia tenían todo listo para las soñadas vacaciones en Misiones. “Mi hija, que tiene 18 años, implora ir a Posadas donde tiene entrañables amigas, hijas de mis amigos”, detalló.
Pero, obviamente, todo quedó suspendido. “Lo cancelamos una semana antes”. Desde ese momento apenas sale para ir al supermercado y nada más. “En casa intentamos seguir una vida normal, aunque en mi caso no estoy produciendo, no puedo hacer sesiones de fotos, sólo terminando trabajos que ya hice”.
Antes del aislamiento, la familia realizó las compras de mercaderías “pensando que sería suficiente para dos meses, pero estando en cuarentena se comen las tres o cuatro comidas diarias, entonces nos quedamos cortos a la semana y media. Nos faltaban algunas cosas”, confió.
Las compras las realiza Kike, quien sale con barbijo, guantes, gorra y lentes. “Yo creo que cuando hay cuarentena, el lugar donde se puede contagiar el ciudadano común, probablemente, sea el supermercado”.
En cuanto a la escuela, durante la semana sus hijos tienen clases online. “Cada chico en su habitación, con su computadora, con la chomba del colegio y con los horarios de la escuela. Mi esposa trabaja desde su computadora. Todos intentamos llevar una vida de lo más normal”, finalizó.