La joven de 19 años llegó el sábado y cumplirá el aislamiento en su domicilio. “Estoy en el quincho de mi casa donde mis padres me acomodaron todas las cosas necesarias”, describió a PRIMERA EDICIÓN.
La estudiante contó que llegó a Buenos Aires y en Ezeiza “me enteré que se cancelaron los vuelos de cabotaje. Entonces, a las 2 de la mañana me tomé un colectivo especial puesto por el Gobierno nacional. En pleno viaje se pinchó una rueda, una perlita más en mi recorrido. Finalmente llegué a Santa Ana a las 21”. Allí la esperaba su padre y un amigo, quienes prepararon un vehículo para que Antonella viajara sola hasta San Javier.
“Mi papá iba en su coche, adelante y yo lo seguía. Antes de San Javier pasamos por un control donde me hicieron unas preguntas. Llegué a mi casa, estacioné y entré por la puerta de atrás al quincho, donde pasaré la cuarentena”.
Apenas llegó a su domicilio, Antonella se comunicó con la dependencia policial para informar su situación. “Me controlaron, no presento síntomas y me encuentro bien. Feliz de estar en casa, no pude abrazar a mis papás aún, nos saludamos desde lejos”.
Un recorrido difícil
Desde el domingo 15, Antonella Olivera intentaba regresar a la Argentina. En noviembre, la estudiante había viajado a los Estados Unidos por una beca de estudio y trabajo por un período de cuatro meses. Sin embargo, en los últimos días el presidente Donald Trump declaró el estado de emergencia por coronavirus y esta decisión provocó que muchas empresas cierren, entre ellas el resort turístico de sky donde se desempeñaba la joven.
“Nos faltaba un mes para completar la beca. Nos quedamos sin trabajo y sin dinero para pagar el alojamiento. Por lo que decidimos volar a Los Ángeles para regresar a casa”.
En Los Ángeles debió dormir en el aeropuerto hasta que consiguió un vuelo a México, lugar donde estuvo varios días hasta que finalmente fue repatriada.