El “verso” es siempre el mismo y sólo cambian las víctimas y el escenario. “Vamos a ahorrarnos gastos inmobiliarios”. Con esta frase, un individuo que según denunciaron públicamente es conocido como “El Mago”, de frondoso prontuario, estafa a compradores y vendedores de viviendas. Su accionar, junto a otros cómplices, abarca varios barrios de la periferia posadeña y de Garupá, como así también de la Zona Centro provincial.
Así lo advirtieron ayer algunos agentes inmobiliarios consultados por este Diario, quienes refirieron que no es la primera vez que existe una oleada de delitos de estas características. Los barrios posadeños donde estos inescrupulosos estafadores intentaron concretar operaciones truchas de compra venta de viviendas, siempre de acuerdo a las fuentes, fueron San Isidro, Yacyretá e Itaembé Miní.
Se supo que primero obtienen datos de las mismas inmobiliarias haciéndose pasar por clientes interesados en comprar una casa. Luego concertan fecha para visita, es decir, ir a mirar el lugar con la presencia de los vendedores y los empleados de bienes raíces.
Tras observar el inmueble y conocer a los propietarios, se retiran supuestamente porque “lo van a pensar o porque no tienen más interés”. Todo esto es una puesta en escena y configura la primera parte de la maniobra fraudulenta.
A los pocos días, regresan solos y golpean la puerta de los dueños nuevamente. “Vamos a ahorrarnos gastos inmobiliarios”, les dicen. La estafa ya está en marcha.
“Te pago las deudas”
Los estafadores convencen al vendedor de que no hay nada mejor que tratar de “particular a particular”. Acto seguido les dicen que sin la intervención de una inmobiliaria reducen drásticamente (de 300 mil pesos a $5.000, por ejemplo) los gastos en conceptos de honorarios a profesionales como escribanos, abogados y trámites administrativos.
Seguidamente les ofrecen pagar al contado y hacerse cargo de las deudas, como Rentas o Municipalidad, cualquiera sea el monto. A esta altura el comprador está entusiasmado. Sin embargo, al momento de firmar el boleto de compraventa del inmueble, siempre surge un contratiempo con el dinero.
Por lo general, indicaron las fuentes, el trato se cierra un sábado o un domingo, para que funcione mejor la excusa de que el dinero estará disponible en el banco recién el lunes.
El incauto vendedor no solo firma dicho comprobante de que recibió el dinero antes de ir a cobrar, también paga “los gastos de transferencia” o “de título a nombre del futuro propietario”, que suelen ser de entre 10 mil y 30 mil pesos (el estafador inventa los conceptos y montos sobre la marcha).
Al llegar el lunes, cuando el vendedor se dirige a la supuesta dirección para encontrarse con quien debe darle el dinero, el lugar no existe. Ya no hay marcha atrás y un testaferro de los estafadores tiene en su poder el boleto firmado, que es una cesión de derechos, y puede hacer lo que quiera con la vivienda.
Sin escrúpulos
Esta maniobra tiene su versión inversa: de acuerdo a las fuentes, el individuo conocido como “El Mago” también birló a compradores.
Con el mismo verso de ahorrar gastos inmobiliarios, se hace pasar por gestor. Los lleva hasta la vivienda que se ofrece a la venta y, tras “cerrar el trato” con el propietario y cobrarle los conceptos “truchos” antes mencionados, se retira con el comprador.
En estos casos, si no logra obtener el boleto de compraventa firmado, el estafador igual gana, ya que cobra honorarios por trámites inexistentes y por los “servicios prestados” al comprador.