En los últimos días volvieron a aparecer en gran cantidad los camalotes en la zona de la desembocadura del arroyo Zaimán, muchos de los cuales llegaron hasta el río Paraná y terminaron empujadas hacia la costa por el viento y la propia corriente de agua.
Para los habitantes de la zona costera, como así también para los pescadores y quienes se desplazan en diferentes embarcaciones, el exceso de camalotes representa “un inconveniente que debe ser analizado más en profundidad por las autoridades porque pueden generar accidentes”.
En una recorrida de PRIMERA EDICIÓN por la costa del Acceso Sur y su encuentro con el Zaimán, se constató la acumulación de esta planta que es conocida también como lirio acuático.
“Desde el puente sobre la ruta 12, el Zaimán perdió varios metros que están cubiertos por completo de camalotes. Acá haría falta un estudio más profundo sobre qué se puede hacer para retirarlos o para que el cauce del arroyo no permita su expansión hacia las orillas”, indicó Rogelio Benítez, vecino de Villa Dolores.
Benítez, quien conoce la zona desde hace décadas porque creció junto al Zaimán manifestó que “desde la comisión vecinal pudimos plantear esto, en su momento, sobre lo que podía pasar. Al haber una orilla tan lejana el agua del arroyo avanza y los camalotes quedan estancados. Es una planta linda a la vista pero son peligrosos porque son propicios para que se escondan las víboras, arañas y ratas. Queremos que las autoridades busquen una solución al tema”.
Costo importante
La limpieza de las costas y de la desembocadura de El Zaimán, demanda una logística importante, porque no se trata solamente de retirarlas, que se hace en forma manual, sino también cargarlas al camión.