El sueño olímpico volvió a revivir para Ricardo Báez (23). El luchador misionero, referente de la disciplina a nivel nacional, fue confirmado como uno de los cinco argentinos que participarán en marzo en el Torneo Preolímpico de Canadá, que otorgará al menos dos plazas para los Juegos Olímpicos de Tokio.
Fue ayer por la mañana que el posadeño recibió la buena noticia. “Recibí un mensaje en el que me avisaban de una beca que había entregado la Unión Internacional de Lucha. Estoy más que contento, estar en el preolímpico no era algo que me había planteado como objetivo para este año. No obstante, viene bien, así que ahora queda ponerse a punto y dar lo mejor”, dijo ayer a EL DEPORTIVO.
Báez vive desde hace varios años en Buenos Aires y entrena a diario en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) con el equipo nacional. En el currículum cuenta con varias medallas continentales y dos participaciones en los Juegos Panamericanos, en Toronto 2015 y Lima 2019. Además, el año pasado formó parte de la gira que realizó el team argentino por Irán, Rusia y varios países de Europa, también considerados cunas de la lucha olímpica.
El preolímpico arrancará el viernes 13 de marzo y finalizará el domingo 15. “Estar ahí, peleando por una plaza para Tokio, me pone muy contento. Voy a aprovecharlo al máximo, aunque sé que no será fácil. El sueño está”, confió Báez. Antes de ese certamen, también en Ottawa, Ricardo participará en el Panamericano de lucha libre. Será en la semana previa, del 6 al 9 de marzo.
El camino hacia Japón no es fácil, advierte el misionero, al punto que “hasta ahora no hay ningún argentino clasificado a Tokio”. Por ejemplo, en principio el preolímpico otorgaría sólo dos plazas en la categoría de Ricardo, hasta 86 kilogramos. Sólo cuatro peleas separan a Báez de la clasificación. Parece fácil, pero no lo es. “Desde afuera, uno puede pensar que es poco, que es algo sencillo, pero te aseguro que no lo es. Va a ser muy difícil, pero vamos a intentarlo”, sintetizó el deportista posadeño.
Por lo pronto, además de la ilusión, sólo queda entrenar y prepararse. “De lunes a viernes entreno en lo físico en el CeNARD, de 10 a 12. Después, por la tarde, de 18 a 20.30, hacemos colchón. Los sábados también trabajamos lo físico”, contó Ricardo sobre la rutina que lleva adelante en Buenos Aires. “Cuatro combates me separan de estar en Tokio, es una locura, pero no será fácil”, repite Báez, con la voz llena de ilusión. Estar en el preolímpico, ahí tan cerca, acrecienta el sueño.