En noviembre, el Tribunal Penal 1 de esta ciudad dio a conocer que Enzo Álvez Da Silva (21), sentenciado como uno de los responsables de la muerte de la estudiante Miriam Cubas (16), al no recurrir el fallo en su contra, su responsabilidad en el hecho quedaba firme. Sólo restaba el monto de la pena, ya que al haber cometido el crimen cuando era menor de edad, debía el Juzgado Correccional y de Menores calcularla.
Durante los últimos días se definió el monto de ocho años de prisión efectiva para Da Silva y continuará alojado en la Unidad Penal III de Eldorado, al menos hasta que cumpla las dos terceras partes de la condena y mediar buena conducta.
El 22 de julio pasado, luego de nueve días de audiencias, Atilio León, Lyda Inés Gallardo y María Carla Bergottini (subrogante) resolvieron: “I) condenar a Ariel “Chinchulín” Cardozo (24), a la pena de 25 años de prisión por el delito de ‘homicidio simple’. II) Absolver a Cristian Javier Vargas del delito de ‘homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas’, por el beneficio de la duda”. III) Declarar la Responsabilidad Penal de Enzo Javier Álvez Da Silva, por el delito de ‘homicidio simple en calidad de coautor’. La condena a Ariel Cardozo fue apelada con un recurso extraordinario presentado ante el Superior Tribunal de Justicia.
En cuanto a Enzo Álvez Da Silva, PRIMERA EDICIÓN accedió a los fundamentos de la sentencia del Tribunal Penal 1 de Eldorado.
“Autor confeso”
Atilio León, camarista presidente del cuerpo, entendió que estaban frente a un “típico caso de autor confeso”.
Remarcó los momentos posteriores al crimen en el cual, “Francisco Javier Álvez Da Silva (el padre de Enzo), sensibilizado con el dolor ajeno, decidió poner en manos de la autoridad a su hijo, quien segundos antes, asediado por su conciencia, le reconoció su participación”.
Durante la declaración que le tomaron a Álvez Da Silva, relató que posteriormente, ya en su casa, se puso a tomar mate con su padre y le dijo: “No quiero que se entere mamá”.
Cuando su papá le preguntó si sabía algo, le dijo que le diga la verdad. Enzo le volvió a decir “no quiero que se entere mamá”. Por lo que le preguntó: “¿Entonces, fuiste vos?” y él le hizo un gesto de confirmación con la cabeza, respondiéndole “me voy a entregar”. Momentos después le dijo “prefiero suicidarme”.
La policía llegó a su casa y ante ellos confesó que había sido el que atacó a Miriam. Tras pasar toda la noche detenido, por la mañana cambió su relato y dijo que no era el responsable y que lo habían amenazado para que se autoinculpara.
En este punto, el magistrado se preguntó en su voto. “¿es cierto que Enzo Javier Álvez Da Silva tuvo participación en el injusto en el carácter de autor?; ¿o es verdad que estuvo obligado a autoincriminarse por temor a que adoptasen represalias respecto de él o de su familia?”.
“En relación a su autoría en el crimen, cabe recordar, lo hizo en la tranquilidad de su hogar, con la contención y confianza que le brindaba su padre, pero esencialmente libre de cualquier tipo de coerción, u opresión que pudiesen hacer dudar a lo largo de todo el proceso de su autenticidad”.
Luego puso el foco en las palabras que usó Enzo, como ser “voy a entregarme” o “prefiero suicidarme”, como “símbolo más elocuente de quien con resignación, reconocía su falta e intentaba repararla”, entendió el juez.
También destacó el informe psicológico al que fue sometido el acusado, en el cual se informó de una “posible estructura psíquica perversa” que le permitía negar lo dicho por el mismo, hecho que inclusive lo llevó a pedirle disculpas a Javier Vargas por haberlo involucrado en la causa.
En otro de los puntos relevantes de su voto, el magistrado destacó que Enzo y Ariel Cardozo eran amigos, que eventualmente se reunían a fumar marihuana y que no fue casual la presencia de ambos en el pinar donde mataron a Miriam.