Hoy se cumplen tres años del milagro navideño de Amelia Bannan y Santino, la mujer policía que dio a luz en coma y su pequeño hijo.
Con muchos motivos para agradecer, la familia habló con PRIMERA EDICIÓN, para contar detalles de la rehabilitación que realiza la mujer y que a la fecha ha dado progresos “milagrosos”.
“Estoy bien, ahora estoy con mi mamá. Estoy saliendo adelante por mí y por Santino”, fue la respuesta de la mujer al ser consultada por su estado de Salud y por su hijo.
“Nos vamos a ver mañana (por hoy) me pidió unos autitos porque le encantan”, deslizó con alegría.
Isabel, su mamá contó a este Diario que “ella hace todo por Santino”, también feliz por ver grandes progresos en su hija.
“Amelia está más independiente, el otro día la mandé a hacer compras al negocio del barrio y me trajo lo que le pedí. Tiene autonomía, recuperó la sensibilidad, manifiesta tener frío o calor, tiende su cama, cosas que hasta hace tan sólo unos meses no podía lograr por sí misma”, dijo la abuela de Santino y quien ahora está a cargo de sus cuidados.
La mujer había permanecido en San Vicente, luego de recibir el alta médica, bajo los cuidados de sus hermanos; sin embargo desde hace algunos meses fue trasladada a San Pedro donde se recupera bajo los cuidados de Isabel.
“Yo la veía muy bajoneada en San Vicente y me la traje a San Pedro, donde empezaron a atenderla otros profesionales, bajo un intenso programa de rehabilitación con gimnasio, kinesiología, fonoaudiología, rehabilitación terapéutica, la atención personalizada de una enfermera y una cuidadora. Fue un cambio positivo en todo sentido”, indicó feliz.
Si bien sus progresos son paulatinos, hay que observarla continuamente cuando se cepilla los dientes o se viste, sin embargo Amelia está logrando autonomía y confianza que la llevan a progresar cada día.
La mamá de Amelia contó además que “hasta hace unos meses había que hacer todo por ella, había que estar pendiente las 24 horas y ahora hasta extiende sola la cama”.
Isabel había viajado para estar con ella un mes en San Vicente, y cuando la notó muy mal de ánimo y decidió llevársela para cuidarla personalmente.
“Cuando ocurrió el accidente que tuvo a mi hija y mi nietito entre la vida y la muerte, me había puesto muy mal anímicamente y no me sentía capaz de atenderla”, rememoró.
“Fue muy difícil todo y la verdad es que ahora estamos dejando atrás todo lo malo y esta Navidad vamos a poder disfrutar de Amelia en todo sentido”, aseguró.
“Los médicos y los profesionales que trabajaron con ella en el último tiempo la sacaron adelante, lo mismo que su hermana y hermano, quienes están luchando por su hermana desde lo que puede hacer cada uno”, sostuvo.
Desde San Vicente, Norma Bannan, hermana de Amelia también relató y reconstruyó parte de su recuperación.
“Cuando le dieron el alta concentramos aquí a la mayoría de los profesionales que están a cargo de su rehabilitación, pero llevarla a San Pedro evidentemente fue lo mejor para ella e incluso pudimos ampliar servicios médicos”, explicó.
“No queríamos cargar a mi mamá que ya es una mujer mayor y tampoco queríamos que madre e hijo se separen (por Amelia y Santino) y aguantamos mucho tiempo; sin embargo ella nunca había progresado tanto como hasta ahora y ahora vamos por más”.
“A tres años del accidente el mensaje de aliento que podemos transmitir a personas quienes se encuentran en la situación en la que estuvimos nosotros es decirles que crean, que los milagros ocurren”, finalizó.