“El relincho del caballo muestra su estado de ánimo, hay relincho de miedo, de dolor, de cólera, de sufrimiento, por eso elegimos el nombre de la Fundación como Libre Relincho porque queremos que su relincho sea de libertad”, así explica Vanesa Florentín a PRIMERA EDICIÓN el trabajo que desde hace un año viene haciendo esta fundación dedicada al rescate y cuidado de los caballos en la ciudad capital. Este grupo, de unos diez voluntarios, vienen trabajando hace muchos años con la concientización y sensibilización sobre el maltrato animal y especialmente el de los equinos, cuyo padecimiento no siempre es visibilizado, ya que recién este año se reglamentó la ordenanza sobre tracción a sangre que quedará prohibida en 2021. Mientras tanto, se lleva adelante un programa de registro y control sobre los animales utilizados para trabajo y también sobre sus propietarios, hasta que dentro de poco más de un año, ese caballo sea entregado y al propietario se le entregue un motocarro.
Así, estos voluntarios consiguieron prestado una parte de un predio para poder atender a los cinco caballos y un potrillo de seis meses que tienen a su cuidado, además de controlar y velar por el bienestar de otros siete que ya fueron adoptados.
“Nosotros venimos trabajando hace años con el rescate de animales, pero antes era de perros, estábamos con El Refugio de Animales, y después al ver la realidad de estos equinos y de trabajar en el proyecto que presentamos para la Ordenanza que después se aprobó, ese proyecto lo presentamos en 2012 y salió este año, lleva tiempo, porque hay que buscar un equilibrio, el bienestar para el animal, que generalmente lo tienen para trabajar y no lo quieren entregar y el propietario que necesita suplantar esa fuerza de trabajo. Estos animales no están para esos trabajos, pero además las condiciones en las que los tienen no siempre son buenas, así que tuvimos que aprender todo sobre los caballos, tenemos un veterinario que es especialista en equinos y muy gentilmente nos dio un curso avanzado sobre el conocimiento de estos grandes animales, qué necesitan, la vacunación, todo, porque por el contrario de lo que muchos creen, los caballos son muy sensibles, y muy propensos a las enfermedades, hay que desparacitarlos, vacunarlos, no expresan el dolor como lo hacen los perros o los gatos, son silenciosos, pero eso no quiere decir que no sufran. Deben tener una alimentación controlada, para los caballos que tenemos y en un período de 20 días compramos 25 fardos de alfalfa por ejemplo, y todo tiene un costo”, explicó Florentín.
Rescate y adopción
Rescatar a un caballo no es lo mismo que hacerlo con un animal más chico, como un perro o un gato, lo mismo para adoptarlos, por eso Florentín contó que “generalmente el que tiene un caballo lo tiene para un trabajo y obviamente no quiere entregarlo, por eso es un requisito indispensable la denuncia policial”. Es decir, el ciudadano que ve a un equino siendo explotado o maltratado ya sea en un campo o en la vía pública debe denunciarlo, asumir un compromiso de hacer algo por ese animal.
“Se acerca a la comisaría hace la denuncia, la policía eleva esa denuncia al Juzgado y cuando el juez da la orden se secuestra al animal del lugar, es llevado a la comisaría donde es examinado por el veterinario policial y se queda ahí hasta que el juez nos da la guarda del animal y recién ahí podemos llevarlo con nosotros, pero es indispensable que haya una denuncia. Generalmente nos dan la guarda del animal porque uno de los objetivos de hacer una Fundación con todo legal fue para poder hacer algo por estos animales, incluso tenemos un convenio de colaboración con la Municipalidad y participamos en los controles que se les hace a los animales cada seis meses, de los animales que fueron registrados, que son alrededor de 40”, explicó.
Necesidades
Por eso, también precisan de la solidaridad y colaboración de la comunidad, “nosotros estamos construyendo potreros para que los equinos que tenemos estén cómodos y puedan protegerse del frío y la lluvia, entonces necesitamos de todo para la construcción, nos donaron palets, pero también necesitamos clavos, postes, palas, arena, baldes, todo nos viene bien. Además de los insumos veterinarios como jeringas, agujas, guantes, vacunas, sueros, sondas, antibióticos, gasas, algodón, de todo”, indicó.
Para estas tareas dividen sus tiempos, “hay dos voluntarias que pueden ir al campo toda la semana y darles a los que necesitan, los medicamentos, chequearlos, y resto de nosotros vamos a trabajar los fines de semana, queremos que estén bien, nuestro objetivo es el bienestar de los caballos”, remarcó.
Por eso, si alguien quiere colaborar, la Fundación tiene una página en Facebook llamada Libre Relincho “allí tenemos también mercado de pago, la gente puede donar lo que pueda desde esos links, también pueden mandar un mensaje al teléfono 3764-175274 y se ponen en contacto con nosotros, la ayuda siempre es bien recibida”, dijo.