“El 97% de los vehículos que circula por el Parque Península (sobre la ruta nacional 12, en inmediaciones de Puerto Iguazú) viola la velocidad máxima establecida”, según las mediciones por radar realizadas por la organización ambientalista Red Yaguareté. Así lo reveló su director ejecutivo, Nicolás Lodeiro Ocampo, quien agregó que “el otro 3% es porque nos veía a nosotros y reducía la velocidad o eran vehículos muy viejos que no podían andar más rápido”.
“Nosotros compramos los radares específicamente para documentar lo que ya sospechábamos: están todos acostumbrados a ir por lo menos a 120 kilómetros por hora”, insistió en diálogo con el programa “Primera Plana” de la FM 89.3 Santa María de las Misiones. Además, aprovechó el espacio para justificar un nuevo proyecto que la entidad presentó hace un mes a las autoridades provinciales y nacionales para evitar más muertes de animales en las rutas misioneras.
En concreto, la iniciativa apunta a la ecológica ruta provincial 19, que une Wanda con Andresito y atraviesa el Parque Urugua-í. Lodeiro Ocampo sintetizó que la idea es instalar un sistema consistente en sendos portales en ambos extremos de dicha reserva: “Cuando uno ingresa al parque, pasa por un portal donde una cámara saca una foto a la chapa patente del vehículo y registra la hora exacta en que un vehículo atraviesa el portal; a la salida habría otro sistema similar que volvería a tomar la foto y el horario. Entonces, como la distancia entre un punto y el otro es conocida, un software haría un cálculo de tiempo y entonces se sabría si se excedieron o no los 60 kilómetros por hora, que es la velocidad permitida en áreas protegidas”. En este caso -aclaró- serían dos pares de portales: uno desde Urugua-í hasta el destacamento Uruzú y otro desde allí hasta la salida de Andresito.
De esta forma, “primero se obliga al conductor a controlar la velocidad durante todo el tramo, no sólo en un punto como toma por ejemplo un radar”. Esto evita que -como ocurre en este último caso- “todo el mundo frene 300 metros antes y acelere una vez que pasó el radar”. Y por otro lado, “no requiere de personas, todo se hace en forma automática a través de internet con un software: si yo violo el límite velocidad, esa información se envía vía internet al centro de monitoreo y sigue el curso de cualquier tipo de multa”, explicó.
Esta nueva propuesta -oficializada el pasado 27 de junio- “se la presentamos a las máximas autoridades: el gobernador Hugo Passalacqua, el ministro de Ecología de la Provincia, el presidente Mauricio Macri, el ministro de Transporte de la Nación y el secretario de Medio Ambiente. Nos parecía que comunicarla a Vialidad Nacional o la Agencia Nacional de Seguridad Vial ya era caer en saco roto, en virtud de la cantidad de experiencias de este tipo que tuvimos sin que hasta ahora se hayan dado las soluciones que nosotros y otros grupos coincidimos que hay que aplicar”, disparó el ambientalista.
Consultado por la radio de PRIMERA EDICIÓN acerca de lo costoso del equipamiento necesario, Lodeiro Ocampo planteó que “el ecoducto que está en la ruta 101 costó 1.600.000 dólares y cubre alrededor de 42 metros de la ruta; en cambio esto cubriría 31 kilómetros y cuesta tres veces menos. Entonces, para el bolsillo de una persona o para una ONG por supuesto que es mucha plata, pero para un Estado, teniendo en cuenta que hay distintos planes y acciones para conservar especies emblemáticas como el yaguareté, la inversión termina siendo realmente baja. Inclusive contribuiríamos a evitar accidentes fatales para personas”, sentenció.
Un problema local
Según Lodeiro, “todos los yaguaretés atropellados en Misiones lo fueron por ómnibus de media distancia, por un camión de carga y el último por una persona de Misiones. Esto significa que no tiene mucho que ver con el turismo, sino con lo local”.
“Hasta ahora nadie pagó la multa”
“Hasta ahora nadie pagó ni siquiera una multa” por los “cinco o seis” yaguaretés que murieron en rutas misioneras durante la presente década, lamentó Lodeiro Ocampo.
“El primero fue en 2012, una cachorrita atropellada por un colectivo en la entrada al Parque Península, y en ese caso no hubo multa. En 2013, otro ejemplar fue embestido por un ómnibus de media distancia en la entrada a Iguazú, en la zona del Ejército, y pudo volver al monte, así que se desconoce si sobrevivió o no y tampoco hubo multa. En 2014, un macho grande adulto fue atropellado en el parque Urugua-í por un camión, ahí sí hubo todo un proceso pero desconocemos si se pagó la multa.
El último fue el año pasado, la hembra preñada de dos cachorros por nacer que fue atropellada por un vehículo particular sobre la ruta 19. Hasta donde sabemos, hace dos o tres meses tampoco había pagado la multa”. El ambientalista aclaró que “igual es un proceso que lleva sus años, porque ya conocemos los tiempos de la Justicia. De todos modos, aunque (los automovilistas) paguen la multa, los yaguaretés ya están muertos, con lo cual lo que estamos tratando de evitar es que haya más atropellamientos”, remarcó.