Marta Ferreira, ministra de Agricultura Familiar de Misiones y Lucas Carneiro, director ejecutivo de Fundación de Desarrollo Agropecuario (FUDA), hablaron con FM de las Misiones acerca del convenio que firmaron con el que brindarán herramientas para que se hagan cerca de mil huertas en diferentes barrios.
“Desde el 2015 empezamos a hacer un trabajo territorial en zonas urbanas donde comenzamos a acompañar familias en situación de vulnerabilidad en barrios de la ciudad de Posadas y Eldorado. Hoy llegamos a casi 1.800 familias”. En este proceso comenzaron a trabajar con seguridad social e incorporaron también del área de salud y nutrición. Fue así como decidieron firmar acuerdo con Agricultura Familiar.
El programa también está acompañado por nutricionistas y estudiantes de la Universidad Cuenca del Plata. Dentro de los ejes principales, una de las cuestiones que más se trabaja es la nutrición en primera instancia. Esto permitió que las familias “aprendan a comer porque saben el valor nutricional de lo que producen”, contó Carneiro.
“Las personas creen que una huerta es tener cebollita de verdeo y perejil. Nosotros apostamos a que las personas conozcan lo que producen y todo eso lo lleven a la alimentacion diaria”, agregó.
“La mayoría de estas familias en zonas vulnerables son dependientes de comedores comunitarios”, explicó el director de FUDA. Según estadísticas, hay un alto índice de consumo de embutidos y envasados, siendo la salchicha lo más consumido. Sin embargo “lo que vemos ahora es que con el regreso a clases, siendo la educación la base de este programa, las personas llevan a su casa la huerta y están ahorrando más en alimentos: entre 3.000 a 3.500 pesos mensuales”, manifestó.
Lucas Carneiro tambien habló acerca de la importancia de las huertas, no sólo en la familia sino en los barrios y escuelas.
“La huerta es más que eso. Creó vínculos entre vecinos: generaron rifas sociales en las que los vecinos se ayudan mutuamente, también fueron el canalizador en el que las mujeres se animaron a contar casos de violencia de género”, entre otras cuestiones. “Recuperaron el sentido de comunidad, el sentido de pertenencia al barrio”, agregó la ministra.
Detrás del objetivo de la alimentación, también hay un “trasfondo de educación y cuidado ambiental” contó Ferreira porque “nos comprometemos no sólo con lo que comemos, sino también con lo que desechamos y lo que podemos reciclar”.
En cuanto al acceso al programa, los barrios y familias contempladas en la obtención de las huertas son las que, según los relevamientos que ellos mismos realizan, son las más vulneradas. “Si podemos replicar esto en más barrios, creo que se puede hacer a nivel municipal”, sostuvo Ferreira.
Cabe destacar que las familias con las que trabajan, “una vez que cumplen estas metas de desarrollo humano, si ellos ya tienen un emprendimiento (que puede ser la producción de la huerta o de otro tipo), pasan al equipo de Ecosistema Emprendedor. Esas familias, que antes no tenían empleo formal, se formarán con ese equipo en emprendedurismo para que puedan transformar su idea en un plan de negocio y comenzar a generar cierto tipo de financiamiento“, contó Carneiro.
Finalmente, recalcaron el cambio que se está generando en toda la sociedad con respecto a la alimentación. Inclusive aquellos que viven en departamentos, tratan de tener una huerta pequeña. “Cada vez hay más ciudadanos comprometidos”, afirmó Ferreira y recomendó a todos aquellos que todavía no lo hicieron a “tener un pedacito de tierra y poder hacer el ejercicio del cultivo”.