Este sábado se cumplen 50 años de la llegada del hombre a la Luna, un hito histórico que llevaron a cabo los astronautas Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins a bordo del célebre Apolo XI. El episodio constituye una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad. Pisar el satélite natural que brilla por las noches y que a veces hace su aparición de día cambió la concepción del espacio vital humano, reconociéndose que se tenía -y se tiene- capacidad para colonizar otros mundos fuera de la Tierra.
El ser humano primitivo ya se preguntaba hace miles de años qué había más allá, en los cielos, desde el momento en el que pudo mirar hacia arriba y tuvo la capacidad para preguntarse quién es, de dónde viene y hacia dónde va.
Por ello, no sólo colocar un artefacto humano sobre otro cuerpo celeste, sino transportar en él a los primeros humanos dispuestos a pisarlo, supuso un hito tecnológico, antropológico y –por qué no- hasta filosófico.
El cincuentenario de semejante efeméride no dejó indiferente a ningún rincón del planeta y Misiones no podía ser la excepción. Con vistas a este histórico 20 de julio, PRIMERA EDICIÓN dialogó con el referente del grupo de Astronomía Misionera Aficionada “Cielo Guaraní”, Alejandro Sommer, con quien se abordó el hecho en sí, su repercusión en la actualidad, las perspectivas futuras… y más allá…
¿Qué representa, vista desde el presente, la llegada del hombre a la Luna?
Es un hito trascendental en la historia de la humanidad, más allá de lo que implicó en sí la travesía de viajar fuera de la tierra. “Poner un hombre en la Luna y traerlo a salvo de nuevo a la tierra”, como lo dijo en su momento el presidente norteamericano John F. Kennedy ante el Senado, es un acontecimiento que significó la transformación de la tecnología, fue un antes y un después.
La historia del viaje a la Luna se inició básicamente en la Segunda Guerra Mundial. El científico alemán Wernher von Braun logró desarrollar -o, mejor dicho, transformar- un arma balística en un cohete a propulsión a chorro. Así, Saturno V fue y es hasta hoy la máquina más grande jamás inventada, para poder cumplir con semejante travesía de la Tierra a la Luna se necesitaba algo así.
Asimismo, el contexto político en que se da la llegada del hombre a la Luna es un marco mundial muy tenso, en plena época de la guerra fría, donde Estados Unidos y la por entonces Unión Soviética (integrada por la actual Rusia y los países de su entorno geográfico) querían cada uno por su lado demostrar su poderío al mundo, más que nada en el ámbito espacial.
Pero una vez que el hombre pisó la Luna, creo que no hubo banderas ni ideologías políticas. A todo el mundo se le erizó la piel por lo que significó descender a la Luna, dejar esa huella y abrir una nueva puerta a un futuro próximo.
De igual manera, la innovación y la tecnología que se logró para llegar a la Luna y el planteo de desarrollarse fue realmente sorprendente. Se inventaron varias cosas, en medio de una motivación como pocas veces se vislumbró en el mundo científico y tecnológico; además de una inversión multimillonaria.
Lamentablemente, a la hora de continuar con los avances, el Gobierno de los Estados Unidos -en realidad, el Senado- no aprobó nuevas partidas presupuestarias multimillonarias para completar todas las misiones Apollo. Sin embargo, en la Nasa quedaron muchas piezas, elementos y una tremenda motivación y saberes. Así, se construyó el Skylab, la primera estación espacial norteamericana -lanzada y puesta en órbita en 1973- con restos de materiales y científicos que pertenecieron a las misiones Apolo, que tras 1972 y hasta el día de hoy no volvieron a la Luna.
¿Cree que ahora se concretará la reactivación del programa espacial por parte de la NASA? ¿Cuáles son los próximos pasos y qué se buscaría, en caso de volver a la Luna?
La reactivación del programa espacial es factible, claro que sí. El próximo paso, sin lugar a dudas porque incluso ya está planificado, es una visita al planeta Marte, con posible colonización. Y la prueba de campo para la llegada a Marte será sin lugar a dudas la Luna.
A diferencia de lo sucedido en la décadas de 1960 y 1970, esta vez la NASA no está sola en el sentido presupuestario: ahora colaboran con ella varios países, como en el caso de la Estación Espacial ISS, la cual componen varios países.
Además, hay tres empresas privadas que están apostando a la conquista del espacio y al turismo espacial, y dos de ellas ya colaboran y trabajan en lo que se refiere al despacho de cargas a la Estación Espacial ISS y a la puesta en órbita de satélites, por ejemplo.
Hoy nuevamente, al igual que en la década de 1960, se necesita una antesala y programas espaciales para que el hombre llegue a Marte, y esa sería la Luna.
¿Qué opinión le merecen las teorías “conspirativas” que niegan que el hombre haya llegado jamás a la Luna o que dudan del alunizaje del Apolo XI?
Los que dicen que el hombre no llegó a la luna me parece perfecto, es una opinión válida; yo, en base a mis conocimientos, les cuento cómo realmente sucedió, de ahí en más, el interlocutor podrá cambiar su parecer o no.
Sin ir muy lejos, por ejemplo los radioaficionados pueden hacer una prueba para saber en forma fehaciente que el hombre llegó a la Luna: pueden mandar una señal desde una determinada frecuencia y la Luna les va a devolver un click. Este se debe a que las misiones Apollo dejaron una serie de objetos, entre los cuales hay hasta una caja de espejos que, a través de un láser emitido desde la tierra, rebota y trabaja con el reloj atómico y sirve para la precisión de la hora, tomar la distancia exacta entre la Tierra y la Luna, entre otras mediciones. Son objetos que están en la Luna desde 1969.
También países que en otro momento fueron “enemigos” de Estados Unidos, como Rusia o Japón, tiene orbitadores lunares que tomaron fotos de las zonas de descenso de las misiones Apollo y nunca salieron a poner en duda o desmentir dicho acontecimiento.
Nuestro contra-planteo ante los que ponen en duda la llegada del hombre a la Luna es: “Me parece perfecta dicha postura, ahora demuéstrala”.
Hoy y mañana, cita en el Observatorio
El Observatorio Astronómico de las Misiones, instalado en el Parque del Conocimiento de Posadas, organizó una serie de actividades para hoy y mañana, en el marco de las conmemoraciones por el 50º aniversario del alunizaje y del programa cultural de invierno “Vacaciones en el Parque”.
Por un lado, el astrónomo Luis Martorelli, responsable del Observatorio, dictará sendas charlas de divulgación científica, acompañadas por material audiovisual como soporte didáctico, que se dictarán hoy y mañana en dos turnos.
En el primero, a las 17 y destinado a un público infantil, se proyectará el film “La llegada del hombre a la luna”, como disparador de la curiosidad de los más chicos por la astronomía. Y en el segundo, a las 18.30, será una charla informativa de divulgación, dirigida a todas las edades y público no especializado, bajo el título “¿El hombre llegó a la luna? A cincuenta años del alunizaje”.
Aunque la actividad es gratuita, los cupos son limitados por razones de espacio físico, por lo que para participar se recomienda inscribirse previamente al mail [email protected] con los siguientes datos personales: nombre, apellido, DNI y día y horario en el que se desea asistir.
Además, tanto hoy como mañana, los grupos de astronomía aficionada “Cielo Guaraní” y “Astroamigos” llevarán sus telescopios para realizar observaciones astronómicas guiadas, sin inscripción previa y abierta para todo el público.
Además, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, los concurrentes podrán sacar fotos con su propio celular gracias a los dispositivos adaptadores que pondrán a disposición los grupos aficionados.
“El alunizaje marcó mi camino a las estrellas”
PRIMERA EDICIÓN aprovechó la oportunidad para dialogar también sobre el 20 de julio de 1969 con el astrónomo Luis Martorelli, director del Laboratorio de Óptica del Observatorio Astronómico de La Plata y responsable del Observatorio Astronómico de Las Misiones, inaugurado este año en el Parque del Conocimiento.
El especialista definió la gesta de la que hoy se cumplen 50 años como “impresionante, de mucha trascendencia, no sólo por lo que significa la llegada del hombre a la Luna, sino por lo que a lo largo de nuestra evolución significó pensar que se podía explorar el espacio”.
“La luna siempre fue el punto fundamental de atracción. El Sol era el gran Dios, pero la Luna siempre tuvo esa magia y ese misterio totalmente distinto. El Sol era un dador y fuente de vida constante, en todo tipo de culturas antiguas y hasta hoy; mientras que la Luna pasaba a ser un punto mucho más raro, contenedor, protector quizás, porque su luz no influenciaba tanto directamente sobre los ojos de quienes la miraban. Esa luna saliendo por las noches, que iluminaba sin lastimar los ojos y que ayudaba a cazar, a navegar por los ríos, o a caminar con su compañía”, evocó desde una mirada antropológica.
Desde la astronomía, “la llegada del hombre a la Luna marca para mí un par de cosas fundamentales e increíbles. La primera, como dijo el astronauta Neil Amstrong, ‘un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad’.
De alguna forma, fue dar un gran salto fuera de ‘nuestra cuna’, la Tierra. El hombre salió de su cuna un buen día y tomó una decisión. ¿Por qué digo un buen día? Porque fueron nada más que 65 años desde que los hermanos Wright mandan su primer motor a una estructura de dos alas y lograr hacer volar un avión. 65 años después, el hombre ya caminaba en la Luna. Esto marca un paso impresionante en la evolución del conocimiento y de la tecnología. Si hoy puedo decir que en 65 años llegamos a la Luna, imaginen en estos últimos 50 años las infinitas cantidades de investigación, desarrollo, tecnología, medicina aeroespacial, entre otros ítems en los cuales avanzó el mundo. Vale recordar que la nave Apollo XI tenía apenas un sistema de 64k de memoria y pese a ello era un salto enorme de tecnología, industria e innovación que permitió poner al hombre en la Luna”, reflejó.
Para Martorelli “fue, además, un acontecimiento que supuso un cambio en el concepto psicológico del pensamiento humano, sobre lo que se podía hacer y hasta dónde se podía llegar”.
Otro punto importante de la llegada del hombre a la luna es por qué el hombre dejó de ir a la Luna después del Apollo 17 y no volvió más? “Sencillo: porque se cumplieron los tres objetivos fundamentales. Uno de ellos, poner un hombre en la Luna, tal como lo pidió el presidente norteamericano John F. Kennedy a la NASA. El segundo, haber logrado el desarrollo tecnológico con el cohete Saturno V, la máquina más grande y potente que fabricó hasta hoy el hombre. Y el tercero, importantísimo, era poder probar que el hombre podía sobrevivir fuera de la atmósfera terrestre. Desde el Apollo VIII al Apollo X, los astronautas sobrevolaron la Luna haciendo pruebas, pero recién el Apollo XI logró alunizar y demostrar al mundo que el hombre podía sobrevivir fuera de la tierra e inclusive llegaron seis viajes más”.
¿Cree que ahora se concretará la reactivación del programa espacial por parte de la NASA?
Claro que sí. Como conté antes, tras llegar a la Luna se cumplieron tres puntos fundamentales. La NASA no continuó con los viajes porque había que construir una estación espacial orbital. Además, los transbordadores tenían que empezar a salir a escena como nuevas ingenierías de readmisión para poder ser reutilizables. Los costos del Saturno V y poner una y otra vez al hombre en la Luna son monstruosos y ya no tenían sentido, realmente. Pero la reactivación está vigente.
¿Cuáles son los próximos pasos y qué se buscaría, en caso de volver a la Luna?
El próximo paso es el “segundo viaje”. Digo “segundo viaje” por la llegada del hombre a Marte, tras haber concretado su primer viaje desde la llegada a la Luna. Hoy la NASA ya tiene más que avanzados sus estudios en materia tecnológica, científica y medicinal, tras haber llegado y explorado la Luna y con lo aprendido y recabado de la estación espacial internacional (ISS). Entonces, probablemente en el año 2030 se lance directamente una nave a Marte. Recordemos que ese viaje dura un año y, tras una estadía de unos tres a cinco meses, tiene otro año de regreso a la tierra. Cómo bajar, qué combustible usar, qué alimentos, medicinas y herramientas llevar serán todo un desafío. Sin embargo, el viaje a la Luna fue la clave para que podamos seguir con la exploración espacial.
¿Qué significó personalmente para usted, como estudioso de los cielos, la llegada del hombre a la Luna?
Para mí fue una emoción impresionante. Yo tenía 12 años cuando el hombre llegó a la luna. No podía creer lo que estaba viendo, no podía entender. Pero fue uno de los puntos de inflexión que marcó mi camino a las estrellas. Ver en un viejo televisor en el living de casa la llegada del hombre a la Luna fue algo increíble, emotivo. Me acuerdo de una anécdota de ese 20 julio de 1969: mi abuelo, en el patio de mi casa, me decía “no hay que mirar ni creer en esas cosas porque el hombre no llegó a la Luna”. Sobre las teorías conspirativas que aún dicen que el hombre no llegó a la Luna, les cuento que aún hoy se ven vehículos y objetos abandonados en la luna, tras los distintos alunizajes. Hay un fenómeno, un hecho crucial, que tuvo como protagonista al Apollo XI: dicha misión dejó una caja cuadrada de espejos llamada retro-reflectores. Esos espejos fueron iluminados años después con un láser, desde la tierra, a través de un laboratorio especialmente construido para dicho elemento. Con este aparato dejado en la Luna, a propósito, se pudo hacer cientos de medidas y recabar datos, como movimientos gravitacionales, de la tierra, las mareas, la hora, entre tantos otros. Por eso sabemos que el hombre sí llegó a la Luna.