La idea de concretar prácticas que sean beneficiosas para el medioambiente cada vez va ganando más terreno. Tal es así que en Oberá, en la granja agroecológica La Lechuza comenzaron a innovar con biofertilizantes -también denominado biol- y biogás, los cuales son generados por un “biodigestor accesible” instalado en la chacra.
Al respecto, Reto Sonderegger, propietario del lugar contó cómo nació la idea de tener un biodigestor y los beneficios que otorga. Manifestó que “siempre tuvimos la idea de producir gas a partir del estiércol de la vaca”.
En relación al biodigestor el agricultor que llegó a Misiones desde Suiza relató que conocía el funcionamiento del dispositivo, pero en esta ocasión, recibió la ayuda y asistencia técnica de Santiago Cresci, quien es responsable del proyecto (personal) Vaca Viva.
“El objetivo es aprovechar los gases que se forman en la descomposición de los desechos de las vacas”, sostuvo Sonderegger.
En relación al biofertilizante, apuntó que “con este se puede fertilizar los cultivos o poner en las huertas. Es un fertilizante de alta calidad y tenemos la esperanza que nos ayudará a mejorar la pasturas y las plantaciones forrajeras”. Agregó que “la idea es no depender de los fertilizantes comprados”.
Asimismo, el agricultor expresó que “se sabe, por ejemplo, que había tierra en la que no crecía nada y luego de usar el biofertilizante estuvo en condiciones aptas nuevamente”.
La generación del biol se dio en un lapso de 37 días, por lo que Sonderegger se mostró contento por los resultados, ya que arrancará con la fertilización de las plantaciones en estos días.
Por su parte, el responsable del proyecto Vaca Viva, Santiago Cresci detalló el funcionamiento del biodigestor. “Lo que hace es transformar la materia orgánica por medio de bacterias en un fertilizante orgánico considerado muy poderoso y, también gas combustible que es apto para el uso”.
En esta línea, subrayó que “se generan las condiciones para que determinadas bacterias, que ya existen en el estiércol, se puedan multiplicar y a través de un proceso se va liberando el biogás y el biofertilizante”.
Consideró que la importancia del biofertilizante radica en que “es un insumo utilizado en la agricultura orgánica que potencia las semillas y aumenta el rendimiento de los cultivos; como así también recupera la tierra o las plantas de las heladas”.
En lo que respecta al proyecto, Cresci manifestó que “se trata de que sean accesibles para que cualquier familia de chacareros o productora pueda acceder a un biodigestor”.
En lo referido a los costos, el responsable del proyecto Vaca Viva deslizó que puede rondar los 15 mil pesos.
En este punto, recordó que hubo chacras que utilizaron un biodigestor a través del cual obtenían biofertilizante y esto permitió multiplicar el forraje. “Por eso se considera que el biodigestor tiene un impacto muy importante porque lo que se invierte en el armado, luego se recupera”.
Adicionó que “se debe tener en cuenta que se está gestionando un residuo y, a la vez, se genera combustible en la misma propiedad para usar de forma domiciliaria, se fertiliza cultivos y se fortalece un proyecto dentro de la agricultura orgánica.
Además, se busca que sea un modelo de bajo costo y accesible”.
Indicó que “es un paradigma alternativo ya que hoy se habla mucho de la agricultura transgénica”.
Proyecto Vaca Viva
Se denomina proyecto Vaca Viva porque es lo contrario a Vaca Muerta, donde se lo relaciona con energías no renovables y contaminación.
Sin embargo, el proyecto tiene que ver con todo lo que es la energía renovable y sin contaminación.
El objetivo principal es promover el desarrollo sostenible por medio del diseño e instalación de biodigestores accesibles que producen biogás y biofertilizante. Se trata de una energía renovable combinada con un fertilizante orgánico de excelentes cualidades para potenciar cultivos.
Es considerada una alternativa a las energías convencionales, desde un enfoque autogestivo, descentralizado y sustentable.