Durante una breve reunión que mantuvo por la tarde en el despacho del jefe del Bloque Justicialista del Senado, Miguel Pichetto, se habló de la necesidad de “resolver las diferencias de acá al 21 de junio”, el día anterior al vencimiento del plazo para la inscripción de candidaturas, con el propósito de encontrar una ingeniería electoral que conforme a las dos partes.
Según indicaron a NA fuentes de su entorno, Lavagna también aceptó volver a charlar con Schiaretti, el principal armador de Alternativa Federal, y a quien el exministro responsabiliza por haber desvirtuado el espacio “antigrieta” y de haber operado en contra de su plan para ser candidato único del espacio.
“Esto continúa por la vía del diálogo. No hay nada más importante que el diálogo hecho con buenas intenciones, con claridad, evitando las confusiones”, dijo Lavagna en declaraciones a la prensa escoltado por Pichetto, luego de la reunión que duró apenas 20 minutos.
El exministro de Economía ratificó que será candidato presidencial aunque dijo que es prioritario “discutir las ideas y los consensos” con las fuerzas aliadas para después pasar a la definición de los nombres propios.
“No perdamos el orden de las prioridades. Las prioridades son las ideas, los consensos y demás. No necesariamente las candidaturas, lo cual no implica cambiar lo que está dicho en términos de que sí, hay una candidatura”, aseguró.
El encuentro se produjo luego de que el último miércoles el precandidato presidencial tensara al máximo la cuerda anunciando una supuesta fractura con el peronismo no K, algo que ahora intenta dejar atrás con una nueva negociación con sus socios de Alternativa Federal.
Sin embargo, hubo hechos concretos, protagonizados por el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que generaron irritación en el economista de 77 años: uno fue el caluroso encuentro que éste publicitó con el presidente Mauricio Macri y el aval al acuerdo de diez puntos promocionado por el Gobierno.
El otro fue la convocatoria del cordobés a Daniel Scioli, diputado nacional del Frente para la Victoria y también precandidato presidencial, para que se sumara al espacio.
Estos hechos llevaron a Lavagna a amenazar con hacer rancho aparte junto al gobernador socialista de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y la líder del GEN, Margarita Stolbizer, pero enseguida empezaron a sonar los celulares del entorno del ex funcionario con el objetivo de poner paños fríos y evitar que la sangre llegara al río.
Las gestiones para descomprimir la tensión surtieron efecto y en la madrugada de este jueves se definió que la mejor manera de comunicar la tregua era montar una foto para la opinión pública, con Lavagna y Pichetto como protagonistas.
Al salir de la reunión en el Senado, el exministro reiteró que la reunión de Schiaretti con el Presidente hizo “emerger algunas diferencias sobre las cuales hay que seguir hablando”.
“La crítica que nosotros le hicimos al presidente es que en esos diez puntos no había nada que tuviera que ver ni con la producción, ni con el empleo ni con la educación. Todo giraba en torno al ajuste fiscal y al pago de la deuda y demás, cosa que estamos de acuerdo. No se puede gobernar sin cierto orden, pero hay que hacerlo en el marco de una economía que salga del estancamiento que ya lleva ocho años”, explicó.
Sobre la convocatoria que el mandatario cordobés hizo a Scioli, Lavagna volvió a marcar su desacuerdo porque genera “confusiones” respecto del perfil que tiene “el espacio del medio”.
“Todo lo que implique confundir a la gente respecto de ese espacio del medio, de consenso para cerrar la grieta, nada de ese tipo es bueno. Si se genera alguna confusión hay que removerla y decirlo con toda claridad”, enfatizó.
De esta manera, el ex ministro de Economía dejó en claro que retomó las negociaciones con Alternativa Federal pero se mantienen las diferencias con Schiaretti, que oficia de armador de ese espacio peronista donde también se encuentran Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey.
Fuente: Agencia de Noticias NA