
El rechazo presente en la familia y la mirada de la sociedad sobre un otro que es distinto, fueron los principales ejes de la reflexión compartida por activistas en el marco del Día Contra la Discriminación por la Orientación de Género. PRIMERA EDICIÓN conoció algunas de las historias que dejan ver el panorama presente en Misiones.
Discriminación en la diversidad
Desde la ONG Colectivo 108 uno de sus integrantes, Sebastián Zocayki, explicó cómo es ser una persona trans y vivir en Misiones en la actualidad: “Esta es una provincia bastante atrasada en muchos sentidos. A nivel personal me encontré con barreras familiares, por ejemplo, desde el principio quería ir a estudiar a la Industrial y me mandaron a una escuela de monjas. En ese sentido, por lo general los que más discriminan son los propios familiares. Sucede también que muchos fueron echados de sus hogares al asumirse. Uno no quiere creer pero sigue pasando en estos tiempos que los jóvenes quedan en situación de calle; pero es ahí donde intentamos contenernos entre todos”, aclaró.
Por otra parte, “las personas trans, además de sufrir la discriminación en el empleo porque no nos contratan empresas ni organismos estatales, también tenemos barreras en la salud, porque no todos pueden acceder a los medicamentos para el tratamiento hormonal, que es bastante costoso. Hablamos de personas con recursos limitados, lo cual genera un problema importante y el Estado debe estar presente para garantizar la dignidad”, añadió.
Para problematizar sobre la inclusión, la semana pasada se realizó en Posadas una capacitación sobre Identidades Trans”, la cual “fue una experiencia muy positiva para hablar sobre el proyecto de Ley de Inclusión Laboral Trans y la ordenanza municipal. En el encuentro compartimos además nuestras vivencias, porque la gente muchas veces no nos conoce y por eso nos juzga. Tienen una imagen de la televisión e Internet, que dista mucho de lo que somos, ya que como personas tenemos una familia, trabajamos, estudiamos e intentamos tener una vida digna”, remarcó.
Con la Ley de Identidad de Género, las personas trans lograron acceder al cambio en su DNI para tener su identidad autopercibida: “Después de eso hay que modificar los datos en todos lados, en el banco, en el trabajo. En mi caso recuerdo que el momento cuando fui a hacer mi documento fue tan lindo y emocionante. Cuando lo retiré sucedió que fue la primera vez que pude firmar con mi nombre. A partir de ahí se dan otros cambios, ahora los hombres me saludan con la mano”, manifestó entre risas Sebastián.
Vivir con VIH en Misiones
Hernán Vidales es referente provincial de la Red Nacional de adultos positivos de más de 30 años (RAP + 30) que reúne a personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana: “Si bien la discriminación se ve más en aquellos casos relacionados con lo étnico o la diversidad de género, también las personas que vivimos con VIH la sufrimos”, indicó.
Más allá de un diagnóstico presente, “lo social y cultural resulta una carga para muchos. Hay una mirada de un otro que hace que se transforme en una cruz el vivir con VIH, por eso es necesario luchar contra la discriminación. El estigma de los cuerpos está presente al no ser un objeto de deseo cuando en realidad sólo cambiamos un estado serológico, que puede controlarse con la medicación para llegar a un grado de indetectabilidad. Además, no somos objeto de políticas públicas en los tratamientos que en distintos puntos del país tienen un recorte o fraccionamiento, porque no entrega la medicación completa todos los meses”, añadió.
En materia de visibilidad, Vidales señaló que “no todas las personas con VIH estamos empoderados y el activismos visible es muy poco. En esto, es necesario ponerle un rostro y mostrar que no se da sólo en ciudades como Buenos Aires. A su vez, somos un sector cada vez más grande, lo cual es un llamado de atención a las políticas públicas en salud al haber un mayor número de infecciones presentes no sólo en aquellas personas relacionadas con el trabajo sexual, sino también en sujetos de la tercera edad y poblaciones heterosexuales, con diagnósticos de sífilis, HPV; todo por no tener una educación sexual integral real y efectiva”.
Respecto al acceso a la mediación, aclaró que “hasta ahora no tenemos denuncias desde Misiones. Pero esto también puede suceder porque muchos desconocen cuáles son sus derechos. La otra realidad es que muchos pares del interior no tienen acceso al tratamiento porque se da sólo en ciertos puntos de la provincia: Posadas, Eldorado y Oberá. Para poder llegar a esas ciudades es necesario contar con dinero para viajar a retirar la medicación. Sobre eso, en otros puntos del país ya existe el pase libre de transporte para personas con VIH. En la provincia, hace dos años a través de la Cámara estamos luchando para tener este paso con un proyecto presentado hace cuatro años pero necesita aún de una voluntad política”.
Situaciones en los colegios
Desde la subsecretaría de Prevención Ministerio de Desarrollo Social se unieron al Colectivo 108 para las jornadas de “Sumar Voluntades”. Al respecto, Yeni Alegre aclaró que “la palabra prevención abarca muchos ámbitos, una de ellas es la discriminación. Actualmente en las escuelas nos han requerido para tratar el tema del bullying, que es algo aún candente que se sufre en todos lados, no sólo los chicos han sido víctima de estas prácticas, sino que se dan en personas adultas en lugares de trabajo y en los barrios. De alguna manera es necesario abordar la problemática para capacitar y llevar información”.
Una ciudad “cerrada”
En el SUM de la Facultad de Artes de Oberá se realizó ayer el “Encuentro por la Diversidad”, con el objetivo de “visibilizar todo lo que sea cuestiones de género, las situaciones de violencia y discriminación”, comentó Ezequiel Bautista, uno de los organizadores. Sobre esto, señaló que “Oberá aún es una ciudad bastante cerrada en ese sentido. Tenemos un montón de iglesias y se hace un poco difícil tocar estos temas”.