En un clima de mucha alegría y solidaridad, se cumplió la vigésima edición de la Bicicleteada del Instituto Roque González, que reunió a varias generaciones de alumnos, exalumnos, docentes, personal administrativo y numerosas familias que pedalearon bajo el lema “Amar educa”.
Mirando al cielo y chequeando los pronósticos que en algunos casos anunciaban lluvias, así transcurrió la mañana del sábado para llegar al mediodía con un cielo plomizo, pero que aguantó para que pueda realizarse la ansiada bicicleteada que genera una verdadera revolución en el colegio y en las casas de los alumnos.
“Que la bicicleteada cumpla veinte años significa que hay un trabajo responsable de todos. Yo tengo mis hijos en el secundario y una que ya se recibió. Siempre apoyamos este emprendimiento porque une a la familia y a la vez podemos aportar para ayudar a los comedores, los chicos entienden la importancia de la solidaridad”, señaló Ramón López, uno de los padres que esperaba listo para iniciar el recorrido junto a sus hijos.
Alrededor de las 12 empezaron a llegar hasta Colón y La Rioja los ciclistas “madrugadores” y el grueso de los participantes lo hizo una hora más tarde.
Un “relojito”
Música, animación, el colorido de las camisetas que distinguían a los alumnos del Profesorado de Educación Física del Montoya, docentes, integrantes de la asociación de padres, alumnos y la imagen de San Roque González al frente del pelotón que comenzó a moverse lentamente luego de la tradicional bendición.
Serpenteando, cuidando de no chocar al de adelante, las miles de bicicletas iniciaron el recorrido por la calle La Rioja ante el saludo de los familiares que se apostaban a un costado para alentarlos.
En la posta programada en la rotonda de la avenida Tierra del Fuego los ciclistas pararon a hidratarse, recargar energía y luego de unos minutos retomaron la marcha. Allí se sumó otro grupo importante de niños que todavía no se animan a efectuar todo el recorrido.
En la antesala de la Quinta del Roque en Fátima, los chiquitos del Nivel Inicial aportaron todo su colorido y entusiasmo, ingresando en primer término ante el aplauso de los padres que coronaron un año más de solidaridad.
Hubo sorteo de una decena de bicicletas con el número de la inscripción, juegos infantiles, improvisados partidos de fútbol y familias que compartieron una jornada inolvidable.
Guillermo Espinosa, asistencia perfecta
Es uno de los “creadores” de la bicicleteada, se llama Guillermo Espinosa (62 años), es ingeniero en construcciones y compartió con PRIMERA EDICIÓN cómo fueron los inicios de esta actividad que comenzó de carácter recreativa y luego se transformó en solidaria.
“En la primera edición fuimos 80 personas, entre padres e hijos, que salimos desde el Roque junto al padre Romano Hentz, cuando él era rector del colegio. Al principio el propósito era integrar a la familia, a padres e hijos. Posteriormente con la llegada del padre Juan Rajimón se convirtió en solidaria para que la integración se multiplique y eso se pudo conseguir ”, señaló Espinosa.
Siguió relatando que “yo aporté la idea y primero teníamos cierto temor de largarnos por la ruta. Hoy vemos que somos una enorme la cantidad de ciclistas haciendo una tarea solidaria que reafirma los valores que nos enseña en el colegio y siento un orgullo tremendo porque participé en todas las ediciones de la bicicleteada”.
Espinosa empezó acompañando a su hijo, también de nombre Guillermo, que era alumno del “Roque” y hoy es ingeniero civil y sigue participando en la bicicleteada.