Parece una afirmación exagerada, pero un buen cuchillo sirve para cortar carnada, usar en el campamento incluso para obtener algo de leña. Del tamaño dependerá el uso que le vamos a dar, pero lo que está claro es que debe ser confiable y tener un corte limpio y preciso si lo vamos a usar para eviscerar o filetear los peces que serán consumidos.
En nuestro país hay muy buenos fabricantes artesanales de cuchillos, pero parece que Finlandia está por encima de todos. Y más aún si se trata de la firma Marttiini, conocida a nivel mundial.
Todo comenzó a gestarse en 1928 de la mano de Janne Marttiini, que montó su fábrica de cuchillos en la ciudad de Rovaniemi.
A los 16 años ya era un reconocido herrero. Cinco años antes de lanzarse al mundo empresarial había fabricado su primer y exitoso cuchillo, al que denominó Lynx (Lince). Este modelo se hizo muy famoso, llegando al punto de ganar algunos premios a la calidad. De este modo su popularidad fue creciendo hasta lo que Marttiini es hoy. El modelo Lynx es un cuchillo muy polivalente y todavía se fabrica porque su diseño se mantiene actual dentro de la línea tradicional.
Esa calidad y refinamiento en sus cuchillos hizo que su fama se fuera incrementando y trascendiera rápidamente las fronteras de Finlandia. En la década del 60 comenzó a exportar a Estados Unidos.
Se trataba de un modelo diseñado para filetear. Después popularizó el típico cuchillo Sami llamado Leuku que tiene una hoja ancha y entre 16 y 20 centímetros de longitud.
Además de los cuchillos para campamentos y filetear, la firma cuenta con otras líneas, incluso para ser usados en la cocina. Y hoy día ofrece a sus clientes la posibilidad de personalizar las hojas con frases o nombres, siempre y cuando no superen los 25 caracteres. Un lujo que sólo Marttiini concede a sus fanáticos.
Como la firma está muy próxima a cumplir cien años, sacó un nuevo modelo que viene con piezas de oro y hoja de acero Damasco, una verdadera joya.