En medio del duelo municipal de dos días decretado por la Comuna apostoleña, la comunidad católica de esta ciudad dio este miércoles el último y emocionado adiós al sacerdote Francisco Cichanoski, fallecido el martes al mediodía a los 85 años.
Tras el multitudinario velorio en la iglesia San Pedro y San Pablo, que se extendió desde la tarde de ese mismo día y durante toda la madrugada de ayer, alrededor de las 9 de la mañana el cuerpo del párroco emérito fue trasladado al cementerio local para su inhumación en el panteón de su familia.
Previamente, alumnos del Instituto Superior La Inmaculada participaron en un rezo del Rosario. Y antes aún, el martes a las 21, se celebró una misa de cuerpo presente presidida por el Obispo de Posadas, Juan Rubén Martínez, y concelebrada por una decena de sacerdotes -en su mayoría “alumnos” de Cichanoski- y donde la sobrina de éste, Mercedes, dio a conocer el “testamento espiritual” que el Padre Francisco había redactado el 15 de febrero de 2008.
El escritor Mario Zajaczkowski, quien participó en las ceremonias, comentó al respecto que “el pueblo de Apóstoles lo despidió como se merecía al padre Francisco, quien sintetizó con su vida un poco lo que es Apóstoles, que es muy religiosa, por sus orígenes jesuíticos e inmigración eslava, quienes traían como única riqueza la fe y el trabajo, tal es que cuando llegaron hacían una tarea rezando y cantando llenos de melancolía. Esa fe es lo que perdura en nuestra comunidad, es una de las pocas ciudades que vive las Pascuas de forma diferente a todas, con ese carisma que él nos transmitió”.
Es que el sacerdote será recordado por todos los apostoleños y los misioneros por su ternura y la sencillez que transmitía, siempre al lado de los más humildes. Por esto, “la comunidad local lo despidió con el convencimiento que no se fue. Inclusive se le hizo un monumento en su momento (N. de la R.: en 2011, en la plazoleta de las calles General Paz y Humada Ramella, en conmemoración de sus “Bodas de Oro” sacerdotales) para dar cuenta de la importancia que tuvo”.
“No son todos que perduran, pero él lo hará”, sentenció antes de recordarlo como “sumamente humilde” y anunciar que propuso bautizar con el nombre de “Padre Francisco” al nuevo salón comunitario de la iglesia San Pedro y San Pablo, donde Cichanoski vivió sus últimos días como párroco emérito. “Ojalá prospere la idea”, finalizó.
Trayectoria
El Presbítero Francisco Cichanoski nació el 15 de diciembre de 1933 en Apóstoles, donde ejerció por muchos años su ministerio sacerdotal, que también extendió a Posadas y Oberá.
Al ordenarse el 3 de diciembre de 1961 en su ciudad, se convirtió en el cuarto sacerdote de la Diócesis de Posadas (que en ese tiempo abarcaba a todo el territorio provincial) nacido en Misiones.
Su primer destino fue la Catedral San José de Posadas (1962-1963), desde donde pasó a dirigir el Seminario Diocesano Santo Cura de Ars hasta 1966, cuando fue trasladado a la por entonces parroquia (hoy Catedral) San Antonio de Oberá.
En 1975 volvió a su ciudad, a la parroquia San Pedro y San Pablo, donde permaneció hasta 1988. Entre ese año y 1997 fue designado de nuevo en la Catedral de Posadas y luego tuvo un breve paso por la parroquia San Roque de la capital provincial.
Desde 1997 y hasta su muerte el martes último, permaneció en la parroquia San Pedro y San Pablo de Apóstoles.