En dichos terrenos se acumulan botellas, chatarras y hasta autos abandonados, entre otros elementos que favorecen la presencia de roedores, serpientes y mosquitos.
En el barrio 25 de Mayo, por ejemplo, uno de los propietarios acumuló residuos para su reciclado y posterior comercialización, pero esto molestó a los vecinos y lo denunciaron a través de las redes sociales, provocando violencia verbal entre ambas partes.
“Mi hija tiene dengue y esto me preocupa, pero mucho no puedo decir porque el vecino se enoja”, reclamó uno de los damnificados.
Mientras tanto, en otros sectores de la ciudad reclaman lo mismo contra propietarios de terrenos abandonados: “Tiran perros y todo tipo de basura en el terreno”, indicó Miryam, del barrio Bicentenario, donde además se observa acumulación de agua en esos terrenos baldíos y también en las veredas.
Y en la calle Cacique Paraverá, donde se observan varios baldíos en condiciones deplorables, “juntamos firmas con los vecinos porque ya hay casos de dengue en la cuadra y los terrenos están abandonados, con pastizales y muchos roedores”, señaló una vecina. “Vemos ratas que parecen comadrejas de lo grandes que son y cruzan del terreno abandonado a nuestras casas”, graficó otra a PRIMERA EDICIÓN.
Así las cosas, el trabajo en conjunto entre la Dirección de Saneamiento Ambiental y de Control de Vectores de la Municipalidad, el Ministerio de Salud Pública de Misiones y la Nación en los operativos de prevención del dengue en los barrios de Iguazú no da abasto.
Estas tareas, que se realizan desde las 6 hasta las 11 y, en horario vespertino, hasta las 21, corresponden a la fumigación, rociado espacial con los móviles y descacharrizado con los camiones de Obras Públicas. Además, los funcionarios dialogan con los vecinos e insisten en mantener en buenas condiciones los hogares para evitar la proliferación de mosquitos.
Paralelamente, empleados municipales del sector de Parquización y Obras Públicas también colaboran para complementar los operativos con poda de árboles y posterior recolección.